Pero ojo, José Joaquín Moreno Silva, está buscando un toro que se aleja de los parámetros del toro de hoy. Por eso le están zurrando la badana los taurinos de tres al cuarto. Si, esos que han traído la ruina a nuestra fiesta. Si, a nuestra fiesta, no a la de ellos. Ellos se lucran y viven de ella, nosotros la mantenemos acudiendo a las plazas gastándonos el dinero para presenciar un espectáculo cada vez más adulterado. Los toros podrán salir bravos o mansos, pero al menos que salgan fieros y vendiendo cara su vida. Así fue la novillada que lidió en Madrid Moreno Silva. Ese es el toro de la emoción, de la verdad y el que limpiaría de medianías los escalafones superior e inferior.

b001.jpgDe los novilleros mejor correr un tupido velo. Para ser torero no bastan con las posturitas pintureras y componer la figura. O el estarse quieto como un palo y echarle redaños. Para ser torero hace falta tener unas nociones básicas de lo que es la tauromaquia. Torear no es dar trapazos poniendo figuritas, torear es entender lo que uno tiene enfrente y resolver la papeleta de una manera digna y al menos honrada. Llama la atención lo que dijo unos de los actuantes: «ganaderías como esta no deben existir». Mire usted, lo que no debe de existir son los ponedores, los montajes del treinta y tres, las escuelas taurinas que viven de las subvenciones y solo enseñan ventajas facturando toreros adocenados sin personalidad y sobre todo aspirantes sin afición, deslenguados y encima con poca vergüenza torera, principalmente porque no lo son. Desde aquí dar la enhorabuena a José Joaquín, tarde o temprano, verá cumplido su objetivo. Ganaderos como él son los que hacen falta en estos tiempos. De los demás, ya tenemos bastantes y así nos luce el pelo.