El festejo se inició con un minuto de silencio tras el paseíllo en recuerdo del matador de toros fallecido Pepín Martín Vázquez.

Juan Mora, con el primero que fue un buen toro, toreó gustándose con el capote y con la muleta se prodigó en florituras restando hondura a la faena. Acabó recetando una estocada en la suerte de recibir. Hubo petición de oreja y saludó desde el tercio. El cuarto, corretón, se iba suelto de los capotes. Embistió descompuesto y con tendencia a la huída, así no había nada que hacer y lo despachó de una estocada y hubo pitos para el toro en el arrastre. Quiso buscar el éxito de la tarde que le había sido negado por las circunstancias y solicitó el sobrero. El toro, lidiado en séptimo lugar no se prestó al lucimiento y todo quedó en buenas intenciones, despenándolo de una estocada al recibir y un descabello.

Morante de la Puebla deleitó toreando a la verónica al segundo de la tarde, cuando logró que tomase el capote después de una salida abanta. La faena muleteril estuvo preñada de detalles artísticos y florilegios, hasta que la rubricó de una estocada trasera. Saludó desde el tercio. El quinto salió suelto, abanto, hasta que terminó encelado en las telas toreras. Pinceladas de arte sin cruzarse con la res, que tuvieron eco entusiasta en los tendidos. Tras un pinchazo y una estocada le concedieron dos orejas.

El Cid se las vio con el tercero, que apareció en la arena con embestida descompuesta y tendencia a la huida. Ante la deslucida condición del oponente, el diestro en buen son de lidiador, lo sometió en la muleta y lo despachó de una estocada. El toro fue pitado en el arrastre. El sexto, de salida tomó el capote del sevillano y tras sufrir una voltereta siguió embistiendo, aprovechando el diestro para lucirse por verónicas en quite a la salida del caballo. Con el toro arrancándose con fijeza a la muleta el toreo alcanzó hondura y ligazón en repetidas series rematadas con el de pecho obligado. Completó con derechazos y acabó de un estoconazo. Fue premiado con las dos orejas. El toro, por su buena embestida, fue distinguido con vuelta al ruedo en el arrastre.

Al final, Morante y El Cid salieron en hombros y el público mostró su contento como el día anterior. En conjunto, buen resumen de esta II Feria invernal de Carabanchel.

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina