Con una pobre entrada, sólo se llenó un cuarto del aforo ¿es consecuencia de la crisis que vive España, o falta de afición?

El tiempo dirá, pero también observamos crisis en las maneras de hacer el toreo de los jóvenes que se presentan con aspiraciones de llegar a matador de toros. No se cruzan al citar ni adelantan la muleta plana. Todos citan fuera de la suerte, perfileros y con el pico de la muleta, sacando el pase para fuera y ligar el siguiente. Torean mecánicamente, y sin temple sin gustarse y sentirse. Así se declaran pegapases. Tienen que rectificar por el bien del toreo y de ellos. Las escuelas taurinas deben de insistir en que se haga bien la suerte del toreo, para evitar la debacle que se avecina de seguir así. La suerte de matar ya no existe, según la fórmula tradicional del buen hacer.

Y nos metemos en el festejo de novilleros aspirantes de la convocatoria que los distinga. Se han corrido cuatro novillos de la ganadería andaluza de don Mauricio Soler Escobar y dos de la de don José Escobar, ambas divisas de caste Santa Coloma. En general han cumplido en varas y han acudido a la muleta sin dudarlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Daniel Martín se las vio con el primero sin fijeza en la embestida que en varas recibió un puyazo trasero y alevoso. Blandeó de manos, pero embistió. Con toreo ventajista dio cuenta del novillo de estocada ladeada cuatro descabellos, un aviso, y se acostó el novillo. El cuarto embistió con la cara humillada y le facilitó ligar pases templados al rematar de una estocada trasera siendo premiado con oreja.

El colombiano Sergio Blanco lidió un astado de José Escolar en segundo lugar. El novillo cumplió en varas y su comportamiento ante la muleta no fue brillante. Atacando el matar se fue de la suerte propinando un mete y saca bajo el que dobló el novillo.

El quinto, de desigual pelea en varas y corto en embestida, no hubo nada que hacer y lo despachó de pinchazo y una estocada desprendida.

El cordobés Andrés Jiménez “Gallo Chico” se las vio con el tercero, perteneciente a la divisa de don José Escobar, que cumplió en varas. Lo toreó cruzándose en la cita y presentando la muleta planchada ligando pasos de buena factura. El novillo embestía venciéndose por el pitón derecho. Iba mejor por el izquierdo y logró hacerse con él para acabar de una estocada ladeada y delantera. Saludó desde el tercio.

El sexto fue bien a la muleta y cruzándose a citar, sacando pases aceptables que no remató con el acero. Una estocada pasada y se echa el novillo, se levanta al tratar de apuntillarlo e intenta el descabello sin acertar y tampoco el puntillero. Se levanta, no hay acierto con el verduguillo de descabellar, pasa el tiempo y suenan los tres avisos.

A las dos horas y media de festejo, salimos del coso.

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103