En el año 1965 y siendo propietario de
Las que al transportarse por carretera desde el país vecino aliviaba considerablemente el presupuesto.
Lógicamente, cuando los carteles eran más modestos, lidiaba toros venezolanos de las vacadas de Guayabitas y Cayetano Pastor. Fue una gran temporada, como jamás se había conocido allí, que inicié con este cartel: toros mejicanos de Reyes Huerta para la alternativa de mi poderdante el maracucho Joselito López (torero de mucha clase pero sin valor), con Cesar Girón de padrino y Manuel Cano “El Pireo” de testigo. Actuaron en ese ciclo tres tardes los nativos Cesar Girón y mis patrocinados Cesar Faraco y Joselito López, y en dos corridas, el mejicano Joselito Huerta (también mío), Jose Ramón Tirado, Manuel Benítez “El Cordobés” y Jose Fuentes (apoderados los tres por mi gran amigo y socio, El Pipo, que también tenía una parte en el negocio).
Y en una corrida, el gran ponedor mejicano avecindado en Caracas, Carmelo Torres, el Palentino Amado Ordóñez y los aztecas “el queretano” y Alfredo leal, juntamente con los rejoneadores Gastón Santos (gran amigo mío) y mi descubrimiento, la bellísima caballista californiana Edith Evans.
Esa temporada nos hospedábamos Rafael “El Pipo” y yo, en el Hotel Tamanaco, cuyo ambiente era único, y fueron seis meses inolvidables, pues entre negocio y negocio, hubo tiempo de compartir “saraos” con aquellas amistades tropicales, cuya temperatura corporal estaba acorde con el clima del país.
Así desde ese, nuestro cuartel general, organizamos las ferias de Mérida (ciudad de Cesar Faraco), Maracay (de Cesar Girón y Joselito López), Barquisimeto, Barinas, Maracaibo, e Isla Margarita. En esta última al no haber plaza se instaló una portátil con una capacidad para 6500 personas con tres corridas: en la primera actuaron mi gran ponedor Carmelo Torres, Cesar Faraco y Joselito Huerta; en la segunda “el cordobés”, jose fuentes y Joselito López; y en la tercera, por primera vez en la historia de América, un mano a mano entre los rejoneadores Gastón Santos y Edith evans.
En una de las corridas de la feria de Mérida contratamos al sevillano Diego Puerta Diánez matando toros de la ganadería de Cayetano Pastor (ex matador de toros español, exiliado y nacionalizado venezolano) y completó un clamoroso triunfo con corte de 4 orejas y un rabo, y como su apoderado no atendió por sus excesivas pretensiones al famoso e interesado crítico Rodolfo Serradas “positivo” (de El Mundo Caraqueño) en su crónica no hizo alusión alguna a la gran tarde del matador, y solo se refirió a la conocida tacañería del diestro y a detalles secundarios. Y tuvo la osadía de titularla así…
¡!!!puerta… para diego!!!!
Me unió una estrecha amistad con Positivo, compañero de muchas noches caraqueñas, juntamente con el ex matador de toros venezolano Carlos Saldaña y tengo que reconocer que era un hombre de contrastes pues a mis toreros jamás les cobró nada por cantar sus actuaciones. Iba siempre acompañado de un fornido guardaespaldas y presumía de portar una pistola por si alguien se le atravesaba, pero dada su afición a la buena vida, exigía elevadas sumas a los diestros, como también ocurrió cuando se presentó en Caracas el linarense José Fuentes, y como el apoderado de este, mi amigo del alma, El Pipo, no le quiso entregar la cantidad que le solicitó dicho día, inició la crónica con este cuarteto:
HA LLEGADO CON SU EQUIPO
EL FAMOSO SANCHEZ PIPO
CON UN FUENTES QUE NO ES
NI SOMBRA DEL CORDOBÉS.
A raíz de ese incidente conseguí que Rafael y Rodolfo se hicieran buenos amigos y nunca más le volvió a pedir nada cuando actuaban sus poderdantes Jose Ramón Tirado, “El Cordobés” y José Fuentes.