La tradicional corrida del Corpus en Sevilla se saldó sin triunfos debido fundamentalmente a las escasas posibilidades que ofreció el encierro de Carmen Segovia que se lidió. Sólo Miguel Abellán fue ovacionado en el primero de la tarde por una faena seria y firme. Juan Bautista y César Jiménez se fueron de vacío en una tarde de escaso contenido.

 

Ficha:

 

Se lidiaron toros de Carmen Segovia, bien presentados y de juego desigual.

 

Miguel Abellán, ovación y silencio.

 

Juan Bautista, silencio y silencio.

 

César Jiménez, silencio tras aviso y silencio.

 

Media plaza.

 

Saludaron en banderillas Curro Robles y Pablo Delgado.

 

 

 

 

Comentario:

 

Miguel Abellán estuvo muy templado y firme en el primero de la tarde, aprovechando todas las embestidas de un toro noble al que le faltó más duración y chispa para ser un toro de triunfo. Estuvo serio y seguro y se ganó el respeto de la plaza. Mató de pinchazo y estocada y fue ovacionado.

 

El segundo de la tarde manseó en el caballo y esperó y protestó en banderillas. En la muleta, Juan Bautista aguantó bien las oleadas iniciales de un toro que embestía huyendo. Le dejó la muleta siempre puesta y ligó series por la derecha que tuvieron mérito. Al toro le costó cada vez más embestir y el torero francés prolongó más de lo debido. Mató de media y dos descabellos. Silencio.

 

César Jiménez se las vio con un tercer toro muy manso en los primeros tercios. Se dobló con él de forma efectiva pero el toro no paraba de irse suelto. Por eso tuvo mérito que Jiménez, muy dispuesto, lograra meterlo en la muleta al natural. Cuando se vio podido se rajó definitivamente y ahí acabó la faena. Mató de pinchazo hondo y tres descabellos. Silencio tras aviso.

 

El cuarto fue el toro de más envergadura de la corrida y también tuvo problemas derivados de la falta da raza. El toro apretó y puso en apuros a Abellán por el lado derecho y gazapeó y no dijo nada por el izquierdo. Toro deslucido con el que el torero fue breve. Recibió un fuerte golpe al entrar a matar. Dejó una estocada y fue silenciado.

 

Muy poco celo y nula transmisión tuvo el quinto de la tarde, al que Juan Bautista intentó siempre empujar hacia adelante sin obtener una respuesta positiva de su oponente. Lo intentó, pero finalmente tuvo que desistir al empeorar la condición el toro de Carmen Segovia, que terminó por no pasar. Mató de media estocada. Silencio.

 

César Jiménez pudo ligar algunas series diestras en el sexto. El torero dejó la muleta puesta y obligó a repetir a un toro que también se apagó muy pronto. Lo intentó también al natural, logrando una serie muy templada que no tuvo el calado suficiente en un público apagado por la falta de contenido brillante. Mató de estocada y descabello. Silencio.