Abría el cartel Dámaso González, que tomaba la alternativa. Con el toro de la ceremonia pechó la predisposición del toricantano con las nulas condiciones del deslucido ejemplar, ayuno de casta y fuerza. Los fallos con los aceros terminaron de enfriar los ánimos. (Palmas). En el sexto del festejo volvió el diestro manchego a dejar patente sus ganas de agradar ante un toro de mejor condición pero los altibajos del trasteo y de nuevo  los fallos  con los aceros dejaron la despedida en cariñosas palmas.

Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri” no anduvo a gusto ante el primero de su lote y solo pudo lucirse en banderillas. No estuvo acertado a la hora de matar y fue silenciada su actuación. No hubo opción con el parado cuarto, y el diestro cosechó una ovación después de recetar una buena estocada. (Ovación)

José María Manzanares, triunfador de la tarde, supo exprimir a su primer toro, con una faena que fue a más con temple y gusto y que remató de una certera estocada. (Dos orejas).  En el segundo de su lote cuajó una faena redonda y templada que llegó al tendido. Mató de buena estocada, pero el toro tardó en doblar dejando el premio en un apéndice, con gran petición de la segunda oreja  que el Presidente no concedió.