José Mari Manzanares se ha despedido de la Feria dejando de nuevo la impronta de un torero en gran momento, ha realizado dos faenas de gran mérito y ha cortado una oreja, premio que pudo haberse multiplicado de no matar mal a su primero. Sebastián Castella fue ovacionado en sus dos toros y Talavante también hizo el esfuerzo.

 

Ficha:

Se lidiaron toros de Jandilla, el tercero sobrero, bien presentados y de desigual comportamiento. Destacaron primero, segundo.

Sebastián Castella, ovación y ovación.

José Mari Manzanares, ovación tras petición y oreja tras aviso.

Alejandro Talavante, silencio y ovación.

Lleno de ‘no hay billetes’.

En el segundo de la tarde saludó toda la cuadrilla de Manzanares: Juan José Trujillo y Luis Blázquez en banderillas y Curro Javier por la brega.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comentario:

Castella comenzó la faena al primero doblándose con él y posteriormente se lo llevó a los medios para ligar la primera serie diestra. En la segunda supo dejar la muleta en la cara para volver a ligar tres y doble de pecho. Con la izquierda sobresalió un natural muy rematado y volvió a la derecha pero el toro ya se estaba agotando y no se empleaba tanto en su embestida. En ese momento se metió en su terreno y le dio un par de circulares. Mató de pinchazo y estocada y fue ovacionado.

 

El segundo apretó por el pitón izquierdo en el capote y Manzanares le robó algunos lances. En banderillas se desmonteraron los tres banderilleros: Trujillo  y Blázquez con los palos y Curro Javier por su excelente brega.

 

El alicantino empezó la faena con buenos muletazos diestros con su empaque habitual. Las siguientes series fueron más ligadas a base de dejar la muleta y de obligar a un toro que no acababa de rematar. Al natural lo metió en la canasta a base de suavidad y temple. La última serie de derechazos fue un portento, rematada muy bien con un cambio de manos muy largo y lento. Perdió el triunfo por pinchar y caer la estocada baja, de lo contrario podía haber cortado, al menos, una oreja.

 

El tercero se lastimó de salida y fue devuelto. En su lugar salió un sobrero del mismo hierro que tuvo muy poca fuerza y no transmitió nada, defendiéndose y descomponiendo los intentos de Talavante. Mató de tres pinchazos y estocada.

 

Castella hizo un ajustado quite por chicuelinas en el cuarto. Brindó al público y se la jugó en un pase cambiado por la espalda en el que los pitones pasaron rozando. Cuando intentó el toreo fundamental el toro no le respondió, embistiendo descompuesto y sin transmisión y a veces con serio peligro. Castella lo intentó todo y al final de la faena logró varias series estimables a base de firmeza y de exponer. Mató de estocada y fue ovacionado.

 

El quinto no permitió a Manzanares lucirse de capa. Con la muleta comenzó a torear directamente al natural, dando todas las ventajas a un toro sin clase y sin entrega. Con la derecha le dejó el engaño puesto y logró meterlo en la muleta. También al natural lo toreó con largura, mucho más de lo que el toro parecía permitir en un primer momento. Un feo desarme fue la única mancha de una labor de gran mérito que remató de excelente estocada para lograr una oreja del que era su último toro en la Feria.

 

Alejandro Talavante brindó el sexto e intentó sacarle partido al natural a un toro que no transmitía nada y que además perdía las manos. Estuvo valiente, aguantando parones y miradas del ‘jandilla’. De este modo, y ya en la fase final de faena, arrancó algunos naturales que fueron aplaudidos. Mató de media tendida y recibió la última ovación de la corrida.