Fuente: Los toros dan y quitan
Aguafuerte en color del excelso pintor español Daniel Merino
Manuel Luque Arcas, picador de toros, nacido en Sevilla el 25 de febrero de 1845, estuvo muy ocupado en la temporada de 1880, ya que los días 12 y 25 de abril volvió a trabajar en Madrid con éxito, siendo muy aplaudido por una soberbia vara que colocó al sexto de la tarde de la segunda corrida, llamado “Pichichi”, de la ganadería de don José Antonio Adalid, antes de don Ildefonso Núñez de Prado, que aguantó ocho varas por cuatro caídas y tres caballos muertos. La labor brillante que venía realizando en la plaza de la Corte duró poco tiempo, pues el 9 de mayo de 1880 salió a picar por última vez en dicha plaza, en una corrida de seis toros, dos de don Ildefonso Núñez de Prado, dos de Pérez de la Concha, dos de Anastasio Martín y uno de don Ignacio Roquete; los seis primeros para “Lagartijo”, “Currito” y “Frascuelo”, y el último para Hipólito Sánchez Arjona. El primer toro, llamado “Agachaito”, negro y corniapretado, de don Ildefonso Núñez de Prado, dio una caída a Manuel Luque, que ya le había puesto tres puyas, y entró por su pie a la enfermería con una fuerte contusión en el vientre que al caer se produjo con la perilla de la silla. Ni el público dio importancia a la lesión, ni los médicos que le reconocieron tampoco. Arcas, pues, marchó a caballo a su hospedaje, con simples molestias, y a la mañana siguiente se declaró la peritonitis, muriendo el 11 de mayo de 1880. Fue Manuel Luque un varilarguero de los bueno, arrebatado a la vida cuando llegaba a la perfección su arte. Buen jinete y con grandes conocimientos de las reses, sobresalió en seguida por su decisión y su coraje, y se le olvidó injustamente a poco de morir. (Crónica del Dr. Juan José Zaldívar Ortega)
El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere del trágico acontecer de este lidiador en su obra “Víctimas de la Fiesta” que << una peritonitis traumática, como consecuencia de una caída ocurrida en Madrid, el 9 de mayo de 1880, fue la causa del fallecimiento de Manuel Luque Arcas. El toro causante del siniestro atendía por “Agachaito” y lucía la divisa de Núñez de Prado. El deceso tuvo lugar en la madrugada del posterior día 12 de mayo de 1880 »
Refiere «Don Victor», el historiógrafo propietario del Blog en la Internet: «A los Toros» que el 9 de mayo de 1880, en la corrida celebrada esa tarde en la plaza de toros de la carretera de Aragón de Madrid, al picador Manuel Luque Arcas le correspondió picar al sexto toro, «Agachaíto», negro, corniapretado y pequeño, de la ganadería de don Ildefonso Núñez de Prado; debido a su escasa presencia el público se encolerizó pidiendo que fuera devuelto a los corrales. El animal, que arremetió con bravura a los jamelgos, tomó nueve puyazos, Manuel Luque le puso tres siendo derribado en el último, en la caída sufrió un fuerte golpe en el vientre con la perilla de la silla. Una vez asistido en la enfermería se trasladó montado a caballo a la fonda de la calle Gorguera -hoy Núñez de Arce- donde se hospedaba junto con el resto de sus compañeros de cuadrilla. Salió a cenar con ellos y ya de madrugada empezó a notar dolores y a tener algo de fiebre, horas más tarde se le declaró la peritonitis. Falleció en la madrugada del día 12. Su entierro fue presidido por Francisco Arjona Reyes «Currito» y por el empresario de la plaza Rafael Menéndez de la Vega, entre ambos costearon los gastos del sepelio.
El 12 de septiembre de 2018 recibí un correo electrónico del historiador José Antonio Román Romero, donde amablemente me allega una publicación del Boletín de Loterías y de Toros (Madrid) del 17 de mayo de 1880 (No 1525, página 4) donde refieren: El picador de toros Manuel Luque Arcas ha fallecido en Madrid en la madrugada del 12 del actual, a consecuencia del golpe que, con la perilla de la silla, se infirió en el vientre la tarde del domingo 9 de mayo en la plaza de toros de Madrid. Dicho diestro había nacido en Andalucía el año 1846, y tenía en Sevilla padres, esposa e hijos.
El Gordito trajo a dicho picador a Madrid, donde tomó la alternativa el día 31 de marzo último, figurando desde el año anterior en la cuadrilla de Currito. Éste matador y su gente asistieron a la conducción del cadáver que se verificó el día 12, a la una de la tarde, concurriendo además los empresarios de la plaza de Madrid, el administrador Sr. Herreros, todos los diestros residentes en la corte y muchos amigos del finado cuyas relevantes prendas le granjeaban las generales simpatías, y cuyas especiales dotes para el arte a que se dedicaba eran por todos los aficionados reconocidas. El cadáver fue depositado en el cementerio Patriarcal