Quizá por ser Uceda Leal el primero del cartel, el público estuvo más frío con él. Al primer cuatreño que le tocó en suerte, ensabanado, pegando derrotes a diestro y siniestro, según mi criterio le sacó lo mejor que pudo, con la moral alta el espada brindó al público, le costó bastante robarle pases, tuvo una primera fase la faena que resultó ser la más brillante, se lució al natural y en los pases de remate. Y como todo aquello que es malo empeora con el tiempo, pues lo mismo le pasó al espada del madrileño barrio de Usera, tuvo que esperar bastante tiempo a que el toro se cuadrara, para acabar con él de tres pinchazos, una estocada y dos descabellos. Con el cuarto pudo enjaretar algunos lances de calidad, pero el comportamiento a posteriori del morlaco fue muy parecido al de sus hermanos de camada, pero no tan nefasto como el primero de la lidia, lo que se premió con un apéndice.

A Miguel Abellán se le notó bastante madurez, en el coso toledano de Olías, puso de su parte con el oponente que más sirvió para la lidia del encierro de Ortega Cuéllar, que mejores que estos lo envían al matadero toda la camada, consiguió dos trofeos en el primero al que liquidó con una estocada, y una en su segundo, quinto de la tarde, que mostró la misma mansedumbre que los demás.

Matías Tejela tuvo en su primera comparecencia en el ruedo toledano una papeleta que no olvidará en mucho tiempo, no le quedó opción alguna más que quitarse de encima a un mansurrón que no quiso saber nada ni de capote, ni de picador, monumental bronca al piquero por hacer la suerte en mitad del ruedo. Las ganas que tenía de sacarse la espina del primero, hizo que el diestro de Alcalá de Henares, con su segundo consiguiese buenas tandas de muletazos a base de someterlo por bajo, gesto que le honra como torero de no querer irse de vacío aunque sea en un pueblo de la provincia de Toledo.

 

 

Ficha Técnica

 

Plaza de toros de Olías del Rey, Toledo, domingo 4 de octubre de 2009. Se han lidiado seis toros de Guadalupe Ortega Cuéllar, de Aranjuez, (Madrid), desiguales de presentación, mansos y con querencia a chiqueros. Media entrada en tarde veraniega.

 

Uceda Leal, de turquesa y oro. Silencio y oreja

Miguel Abellán, de malva y oro, dos orejas y una oreja

Matías Tejela, coral y azabache, silencio y una oreja

 

 

 

 

 

Crónica de María Dolores Ortega