Joselito y Belmonte fueron los toreros modelo y referencia de la generación de la Edad de Plata. Los seguidores de Joselito fueron Manolo Granero, Marcial Lalanda, Félix Rodríguez, Armillita Chico y Manolo Bievenida. Mientras que los seguidores de Belmonte fueron Antonio Márquez, Niño de la Palma, Curro Puya, Cagancho, Victoriano de la Serna y Fernando Domínguez. Los seguidores de Joselito eran toreros poderosos y de largo repertorio. Los seguidores de Belmonte eran toreros fundamentalmente artistas. Toreros estilistas, como entonces se decía. El belmontismo tendrá una segunda derivación, la de los toreros valerosos y de parón: Nacional II, Valencia II, Nicanor Villalta…

 

Solamente Chicuelo y Domingo Ortega escapan a esta clasificación. Chicuelo escudriña a fondo el toreo de los dos colosos, pero no los sigue al pie de la letra. Se fija en el toreo en redondo de Joselito y en el cruzarse al pitón contrario de Belmonte. Fusionando ambos estilos, hace las primeras faenas modernas, ya completamente estáticas y ligadas en redondo. Además con un estilo totalmente singular y nada servil con los modelos originales. Chicuelo aporta ese estilo sevillano de recorte y pies juntos. Domingo Ortega, por el contrario, supone una ruptura total con el toreo del momento. Mientras todos los demás toreros, hasta los mas gallistas, están intentado quedarse quietos a lo Belmonte, Domingo Ortega hace un toreo en total movimiento. Desde este punto de vista el toreo de Ortega es totalmente regresivo. Pero muy efectivo porque en ese constante movimiento hacia delante puede con todos los toros, además lo hace con unas formas muy templadas. Utiliza el hallazgo de Belmonte de irse al pitón contrario en vez de para quedarse quieto, para andar al toro y agotarle. Ortega es un torero muy original, con un estilo incopiable que murió con él.

 

En el bando de los seguidores de Joselito, también conocido en los carteles con el apodo familiar de Gallito, hubo excelentes toreros. Siempre se ha dicho que su sucesor fue Manolo Granero. Como surgió justo tras la muerte de José, todos los aficionados pusieron sus ilusiones en él, pero el siete de Mayo de 1922, el toro Pocapena le segó la vida en la plaza de Madrid, dejando en baldío esta ilusión. Por las pocas imágenes que hay de esa época, pienso que Granero fue de entre los herederos del gallismo, el mas elegante y vertical. Pero creo que Marcial Lalanda y, sobre todo, Armillita, eran mas poderosos que Granero.

 

Desde un punto de vista global, Félix Rodríguez fue el torero mas completo de la corriente gallista. Al proverbial conocimiento del toro de estos toreros y un completísimo dominio de todas las suertes en todos los tercios, Félix además tenía un sentido vanguardista del que carecían sus compañeros. Era el torero de cuerda gallista mas próximo a los belmontistas y al toreo de Chicuelo. Rodríguez era un perfecto compendio del toreo del momento, no sólo dominaba todo el repertorio y podía con los toros como sus otros compañeros de la misma cuerda, sino que también podía llevar a cabo el toreo de Chicuelo y los estilistas.

 

Sin embargo, el torero mas próximo a Joselito, el mas mas parecido, el mas fiel a su estilo es Manolo Bienvenida. Si Fernando Domínguez fue el belmontista mas fiel a Belmonte, Manolito Bienvenida fue el gallista mas fiel a Joselito. Hasta tal punto es esto cierto, que existen muchas fotografías en que no sabemos bien de quien se trata, si de Joselito o Bienvenida. Las imágenes que quedan de la tarde de la alternativa de Manolo, confirman lo que digo, en las formas y el estilo nadie mas fiel a Joselito. Era la sombra de Gallito.

 

Precisamente se acaba de cumplir el centenario de Manolo Bienvenida. Y desde aquí quiero honrar su memoria, porque Manolito fue un torero extraordinario olvidado por la historia. Quizá le perjudicó la gran clase y el gran carisma de su hermano Antonio, que además dejó una estela de señorío y caballerosidad en su paso por los ruedos. Pero de todos los Bienvenida, afirmo rotundamente que el mejor fue Manolito. Y, desde luego, fue mucho mas figura que su hermano Antonio. Manolo era muy poderoso y dominador, conocía muy bien todo el repertorio clásico, que interpretaba con la misma alegría de Joselito el Gallo, además, tenía mucha casta.

 

Cuando en 1931 surgió Domingo Ortega arrollándolo todo a su paso, toda la primera fila de la torería se vino abajo, ninguno era capaz de aguantar el paso que imponía el paleto de Borox. Todos se vinieron abajo cediendo a Ortega la primacía. Todos menos uno: Manolo Bienvenida, que no se dejó ganar la pelea nunca por Ortega. Era mucha la raza del mayor de los Bienvenida. Entre los dos sostuvieron una rivalidad de la que se habla poco, pero que fue muy enconada. La culminación de la pugna tuvo lugar en Madrid la tarde del 4 de Junio de 1936, cuando Manolo cortó el rabo al toro “Pañofino” de Sánchez Fabrés. Hasta tres veces mas llegaron a torear ambos rivales en Las Ventas aquél mes de Junio, en un ambiente de gran expectación. Desgraciadamente, la Guerra Civil se lo llevó todo por delante, precisamente en el mejor momento profesional de Manolo.

 

Pero vayamos al principio. Manuel Mejías Jiménez nació el 23 de Noviembre de 1912 en el número once de la conde de Ibarra, en Dos Hermanas (Sevilla). Fue el hijo primogénito del Papa Negro y desde su mas tierna infancia mostró una irrefrenable vocación por el toreo. Empezó a torear becerradas con doce años en unión de su hermano Pepe, que andando el tiempo llegaría a ser un matador muy poderoso y uno de los mejores banderilleros que se han conocido. Los dos hermanos torean becerradas durante cuatro años con enorme éxito. El Papa Negro, viendo que su hijo mayor ya está preparado para los máximos compromisos, decide que tome la alternativa sin haber sido previamente novillero con caballos y con la insólita edad de dieciséis años. Joselito la había tomado con diecisiete. Antonio Márquez le cedió la muerte del toro “Mahometano” de Antonio Flores, la tarde del 30 de Junio de 1929 en Zaragoza. El torero local Lagartito, completó el cartel. La confirmación tuvo lugar el inmediato doce de octubre. En corrida mano a mano, Marcial Lalanda le cedió el toro “Huerfanito”, de Alipio Pérez Tabernero.

 

Desde el primer momento, Manolo se puso en la primera fila del toreo, cosa nada sencilla teniendo en cuenta el nutrido número de matadores de gran categoría que en aquellos momentos estaba toreando. Quizá la mejor tarde de Manolo en toda su vida fue la de Valencia el cinco de Octubre de 1930. Como tantas veces hiciera Gallito, mató en solitario una corrida de toros. A los seis toros de Concha y Sierra, los mató en hora y cuarto de tres pinchazos y seis estocadas. Hizo veintiséis quites diferentes y cortó cuatro orejas y un rabo, en un tiempo en que los trofeos no de concedían con profusión. Ya he comentado que la Guerra Civil estalló cuando Manolito estaba en su mejor momento. Estoy seguro que hubiera retornado a su puesto de máxima figura en cuanto hubiera terminado la guerra. Pero no pudo ser. Manolito murió el 31 de Agosto de 1931 de una enfermedad pulmonar. Tenía la misma edad con la que murió Gallito, veinticinco años. Hasta en la desgracia, el mayor de los Bienvenida fue la sombra de Gallito.