Como torero su fama puede compararse con la de los grandes colosos del toreo, Lagartijo, Guerrita, Joselito, Belmonte. Fue torero de época, es decir, su estilo es inimitable. Sí, podrán acercársele, – caso del actual José Tomás Román – pero será muy difícil igualarle o superarle.

 

Como ser humano era excepcional. Cuantos le trataron comentan que en Manolete su condición de hombre de bien, sencillo, sobrepasaba a sus méritos artísticos.

 

El maestro del periodismo don Rafael Campos de España (Escalera del Éxito 15) escribió para esta obra, lo que sigue:

 

“Manolete fue un genio y atribuyéndome poderes que no tengo, un santo. Su vida dentro y fuera de los ruedos fue ejemplar siempre y su relación amorosa con Lupe Sino, aunque pueda parecer lo contrario, limpia y no le dio tiempo a legalizarla con el matrimonio porque habida cuenta su fervoroso cariño hacia su madre doña Angustias, no quería que ella se disgustara por un matrimonio que no hubiera entendido. Esto lo rubrican muchas cosas, entre ellas un famoso telegrama que publicó Dígame, y que no es muy conocido, se lo puso Manuel en el primer viaje que realizó con Lupe a América y decía así: “Madre te juro por ti que no me he casado”.

 

Creo que la expresión es rotunda y avala cuanto venimos diciendo sobre el tema de sus relaciones amorosas.

 

Como torero revolucionó la Fiesta y apoyándose en el belmontismo lo fundió con la inspiración que tenía del arte de Lagartijo, el Grande, de quien se dijo que solo verle hacer el paseo valía el dinero de la entrada. De Manolete se puede escribir y hablar sin fin, pero socráticamente, no pendencieramente.

 

Puedes estar seguro de que fue un torero inmenso y un cabal hombre en todos los aspectos de su vida.

 

Esperando haya servido tu deseo con estas líneas, que no están escritas con el ordenador si no con el corazón.”

 

Un fuerte abrazo.

 

Rafael Campos de España.

 

El maestro Campos de España fue amigo de Manolete, lo vio en numerosas tardes triunfar, conocía perfectamente el toreo del Monstruo es, pues su opinión, de la máxima autoridad para entender como era Manolete como persona y como torero.

 

El poeta Libero Ubeya, cordobés, ha escrito para esta obra, “Poema a Manolete”:

 

“Se nos ha muerto el Califa,

el Rey de los toreros,

en andas llevan su cuerpo,

camino del cementerio.

En Cádiz lloran su muerte,

en Córdoba le guardan luto,

y en Sevilla las campanas,

dan repiques de difuntos.

Ni el mármol ni el alabastro,

son para él suficiente,

pues su tumba es un altar,

para toda nuestra gente.

En Huelva lloran su muerte,

en Málaga le guardan luto,

y en Almería prenden velas,

a la hora de los difuntos.

La Medina y la Axarquía,

de luto se han vestido,

pues tienen el corazón,

ensangrentado y partido.

En Jaén lloran su muerte,

en Granada le guardan luto,

y en Ronda por él celebran,

una misa de difuntos.

Andalucía está de luto,

pues su rey ha fenecido,

y no hay un heredero,

para ocupar su vacío.

Callada está la guitarra,

y mudos los cementerios,

pues tan solo los cipreses,

cantan cuando corre el viento.