Con la plaza llena se celebró la vigésima corrida de San Isidro, a la que asistió el rey Don Juan Carlos I, desde la primera fila de la meseta del toril. Morante de la Puebla y el Juli le brindaron los primeros toros de su lote.

Los toros de Alcurrucel, propiedad de los hermanos Lozano, bien presentados y nobles, flojearon de remos, terminando con media arrancada, que perjudicó el juego ante la muleta, excepto el tercero de la tarde, de nombre Javalillo, marcado con el número 145, colorado, con 525 kilos de peso. Fue un toro premiado en el arrastre, con vuelta al ruedo. Este toro embistió con continuidad y nobleza, que facilitó el gran triunfo del francés Sebastián Castella, que cortó dos orejas y salió en hombros.

Comenzó la lidia del referido toro Javalito, con buen toreo por verónicas del diestro francés y el toro cumplió en varas y quite por verónicas templadas, fue un detalle más de la buena lidia. El diestro aprovechó la buena embestida del toro quitándolo de lejos muleta en mano y ligó pases creciendo la calidad del toreo ante la nobleza y casta del astado sin rendirse. El toreo fue subiendo de tono e interés el entusiasmo general. Atacando con el brazo suelto, dejó una estocada ladeada de la que dobló el toro. Vuelta al ruedo en el arrastre como premia al astado y dos orejas para el diestro. Con salida en hombros por la “Puerta de Madrid” al final del festejo.

Morante de la Puebla levantó los primeros aplausos al veroniquear al primero de su lote con temple y mando. El toro peleó derribando en varas. Recibió tres puyazos ejecutados traseros. Brindó la faena a Don Juan Carlos I y el muleteo fue de trasteo sin decidirse a más. Atacando con el brazo suelto, dejó una estocada caída que fue suficiente. Aplausos al toro en el arrastre.

El Juli saludó con verónicas al segundo de la tarde y cumplió en varas. El toro flojo de manos con embestida corta deslució el muleteo. El diestro atacando con el brazo suelto, dejó una estocada que fue suficiente. Ante el quinto lo sacó del caballo en varas y realizó un lúcido quite con chicuelinas. El toro ofreció poco ante la muleta y lo despenó de una estocada atacando con el brazo suelto.

Y ya no hay nada más para comentar.

 

José Julio García
Decano de la Crítica Taurina
Periodista – Escritor
Escalera del Éxito 103