Despedimos el mes de abril en Madrid con una corrida de novillos y un cuarto de entrada. Ni retrasando el comienzo habitual de este festejo que comenzó a las 6:30 de la tarde, animó a la afición.
Se lidiaron seis novillos de la ganadería sevillana de Javier Molina con casta Domecq Diez y Gamero Cívico. De juego desigual cumplieron en varas discretamente con poca casta y poca fuerza. Con estos novillos se las vieron Mario Alcalde, Brandon Campos y Vicente Soler.
Voluntad toda, valor también pero torería, hay que corregir posturas y recursos, buscar el toreo clásico y cruzarse para ligar un pase templado. Nada del pase citando fuera y sin templar. Hay que sentirse al torear y gustarse, para que haya ligazón en la faena y medir el tiempo de duración de esta. Y al matar, centrarse al realizar la suerte, jugando la muleta para que el toro humille y cruzar el estoque sin llevar el brazo suelto.
En el primer toro sonó un aviso, en el segundo dos avisos, en el tercero un aviso, en el cuarto un aviso y en el quinto un aviso, en total sonaron siete avisos.
Algo pesado en faenas sin precesión y fallo a espadas por no realizar la suerte como es debido.
Entre la duración de las faenas y el comienzo tardío del festejo, a las 6:30 de la tarde, cuando llegamos a casa la cena casi se nos enfría.
No juguemos con el horario habitual de los festejos taurinos. ¡Hasta la próxima!