El trío de espadas del cartel, Diego Urdiales, Morenito de Aranda y Miguel Tendero pese a su valor  y voluntad sus actuaciones carecieron de relieve, porque sus acciones toreras les faltó, clase, temple, sentimiento, gustarse, sentirse. Ante tanta carencia, por ese afán de la torería del siglo XXI, torear sin cruzarse citar con el pico de la muleta, y correr la mano sin sentirse, sin arte, sin gustarse.

 

Los malos ejemplos que les han servido de patrón, no debían de ha­berlos copiado. Ellos en la Taurina respectiva seguro que les han en­señado los secretos del buen toreo, pero lo han dejado para ir por el derrotero de lo ventajista, que otros con esa practica se han hecho ricos. Es aconsejable que rectifiquen, porque cualidades para hacer el buen toreo, el toreo puro y de clase tienen cualidades para ello.

 

Los toros lidiados de El Cortijillo, ganadería Castellano -Manchega, propiedad de José Luis Lozano, encaste Carlos  Núñez dieron desigual juego.

 

A Diego Urdiales el primero se le venció por el derecho al recibirlo por verónicas. Peleó en varas con codicia y se salió suelto, en  la segunda se enceló. En el segundo par de banderillas se dobló de manos y ya en la faena al segundo muletazo volvió a doblarse de manos y después se acostó, acusando falta de fuerza. Quedó corto de arrancada ya no había nada  que hacer. Atacando con  el brazo suelto cobró dos pinchazos, una estocada ladeada y dobló. El toro fue pitado en el arrastre. El cuarto se fue suelto en varas y se entregó en la embestida con la cabeza humillada. Pases y más pases para acabar de una estocada perpendicular y sonó un aviso.

 

Morenito de Aranda se encontró con el segundo que de salida hizo extraños a los capotes, desarrollando genio y yéndose suelto. Se arrancó a los picadores cuando aparecieron en el  ruedo. La segunda ya fue vara ya fue en el lugar de contra querencia, donde se eje­cuta la suerte de picar habitualmente. El toro respondió ante la muleta entregado y repitiendo en la arrancada. La faena resultó lar­ga y repetitiva por las facilidades que ofrecía el astado. La cerró de estocada atacando con el brazo suelto, sonó un aviso y remató de dos descabellos. Hubo saludos desde el tercio para el diestro y aplausos para el toro en el arrastre.

 

El quinto peleó en varas a la defensiva, tirando derrotes al estri­bo. Frente a la muleta acudió pronto a la tela torera, aunque al final del pase derrotó hasta que dobló de pinchazo, media estocada entrando con el brazo suelto y dos descabe­llos.

Miguel Tendero, que en sus comienzos se acuñó la frase: «Este tendero vende muy bien», parece que ya no es así. Se encontró con el tercero, toro brocho, que se iba suelto de los capotes y se fue suelto en varas. La faena muleteril, de pases y más pases que no expresaban nada de torería. Acabó atacando con el brazo suelto y dejó una esto­cada ladeada, una estocada corta y remató de dos descabellos.

 

El sexto dio ocasión para poder sacar algunos pases al albaceteño para cumplir con el público, lo dejó a merced de las mulillas de dos pinchazos, media estocada y dos descabellos.

 

Esperamos que los aficionados que conocen la verdad del toreo y saben ver el toro, reaccionen y pongan orden, cuando les quieran dar mentaría y ventajismo por verdad, por bien del futuro de la Fiesta de los Toros.

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera Del Éxito 103