Con una gran entrada se celebró  el  XIV festejo isidril en el que se corrieron novi11os bien presentados de la ganadería serrana madri­leña de Montealto, encaste Juan Pedro Domecq Diez. Dieron juego man­so y descastado, acusando genio.

 

El trío de novilleros: el francés Thomas Duffau que hacía su pre­sentación y repetían el mejicano Sergio Flores y el madrileño de Barajas López Simón, causaron buena impresión por su estilo torero con autenticidad y la ejecución clásica de la suerte de matar.

 

Duffau al primero, manso sin fijeza y con genio, que hizo hilo a los banderilleros y tenía querencia hacia la puerta de toriles, con embestida desigual le enhebró una faena con sentido lidiador aguan­tando las reacciones del novillo que seguía a la muleta o se paraba, humillaba o echaba la cara arriba. Y demostró sus dotes de matador al montar la espada y según mandan los cánones dejó una esto cada en lo alto. Saludó desde el tercio.

 

El cuarto frenó ante el capote, empujó en la reunión con el caballo y se salió suelto. Repitió la entrada cabeceó el peto y se fue suelto.

 

Cortó el viaje en banderillas y en ese son de embestida llegó a la muleta. De las tablas lo sacó a los medios. El mando del torero obli­gaba a pasar, pese a su corta arrancada. Lo tumbó haciendo bien la suerte de una estocada. Saludó desde el tercio.

 

El mejicano Sergio Flores tuvo en e segundo oponente, bravo y encastado a diferencia de sus hermanos de camada. Lo veroniqueó con buenas maneras. Entró al caba­llo y derribó al picador, en la segunda se agarró bien y aguantó el empuje del novillo. Se lució en el quite. El astado con embestida humillando y repitiendo en la arrancada. Completó una ligada faena cruzado y presentando la muleta planchada y ligando tandas de pases en redondo, para rublicar lo realizado con torería y clase de una es­tocada realizando la suerte con clasicismo. Hubo fuerte petición de oreja, que inexpiablemente no se concedió. Saludó desde el tercio renunciando voluntariamente a la vuelta al ruedo.

 

El quinto derribó en la primera vara y se salió suelto, en la segun­da se enceló con genio. En banderillas dejó ver cómo cortaba la embestida por el pitón izquierdo Lo muleteó con dominio lidiador y tras un pinchazo, lo tumbó de una estocada. Fue aplaudido.

 

López Simón se las entendió con el tercero de desigual embestida.

 

En varas peleó romaneando la cabalgadura en las dos entradas que hizo. Inició la faena con las dos rodillas entierra, ligando pases y más pases aprovechando la noble embestida del novillo, que repetía. En pie continuó tirando de la res a la que dio fin de pinchando y estocada con correcta ejecución de la suerte. Saludó desde el tercio.

 

El sexto peleó en varas y dejó su mansa condición, haciendo hilo con los banderilleros en el segundo tercio. El diestro volvió a co­menzar la faena con las dos rodillas clavadas en tierra y fue completándola, de pie con ligados muletazos obligando al novillo al que mando al desolladero de pinchazo y estocada, volviendo a. demostrar sus dotes de estoqueador. Siendo aplaudido.

 

Los aficionados salieron haciendo comentarios elogiosos a la terna novilleril por su actuación lidiadores y hacer la suerte de matar con arreglo al buen estilo tradicional. !Que lo repitan!.

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera Del Éxito 103