En tarde fría y desapacible con un cuarto de entrada aguantamos durante dos horas y media la lidia de los destacados novillos de la ganadería madrileña de Monte La Ermita que pastan en Villamantilla, encaste Domecq Díez, el Torreón y Jandilla. Bien presentados  con raza y embestida repitiendo y humillando. Cumplieron en varas.

 

El algecireño Salvador Barberán veroniqueó bien al primero, que llegó a la muleta con buena embestida. Con pases de buen estilo sacó muletazos con temple y mando por ambos lados y ligados degustó toreando hasta que se rajó el novillo. Atacando con el brazo suelto cobró tres pinchazos perdiendo la muleta en el embroque y terminó de una estocada perpendicular. El cuarto derribó en varas provocando al piquero una caída al descubierto. En banderillas destacó el rehiletero Víctor Nieto en un par cuadrando en la cara. La faena la resolvió sin quitar la muleta de la cara del novillo pero los pases resultaron sosos. Con el brazo suelto dejó una estocada trasera, un descabello, sonó un aviso, otro intento de descabello y terminó echándose el novillo.

 

 

El zamorano Alberto Durán que sustituyó a Mario Alcalde, tuvo en suerte un novillo noble, el corrido en segundo lugar, con buen estilo por verónicas y volvió a lucirse en el quinto por delantales. Muleteó muy guapamente por naturales cruzándose y ligando. Con el brazo suelto dejó una estocada perpendicular, dos descabellos, aviso, tres descabellos, segundo aviso, y se acostó el novillo y lo remató el puntillero. El quinto pronto de arrancada lo cuajó una ligada faena con calidad torera entre ovaciones. Entrando con el brazo suelto sumó un pinchazo, sonó un aviso, estocada tres descabellos. Saludó desde el tercio.

 

El conquense Rafael Cerro recibió el tercero con largas afaroladas de rodillas y continuó por verónicas dejando ver calidad torera. Con torería y clase redondeó una buena faena. Y atacando con el brazo suelto y perfilado fuera del pitón contabilizó tres pinchazos, aviso, otros tres pinchazos, y una estocada caída. Al sexto lo recibió de rodillas con una larga cambiada enganchandole el capote, saliendo comprometido de la suerte. El novillo descabalgó al picador en la primera vara. Con la boca abierta y probando antes de arrancarse lo muleteó por derechazos molestado por el viento resultando todo deslucido y acabó de tres pinchazos, estocada, aviso y dos descabellos.

 

Tras dos horas y media abandonamos la plaza con frío y tras haber escuchado cinco avisos. Esperamos que en la próxima ocasión no tengamos motivos para quejarnos.

 

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103