El nuevo horario de comienzo de las novilladas en la Monumental de Las Ventas en el mes de julio, ocho y treinta de la tarde y la entrada general de tendido con un moderado precio ha recuperado la asistencia de público, registrándose más de media entrada.

 

Los novillos de la divisa de José Cruz, encaste Domecq Diez, mansotes, con genio dieron juego deslucidos, corretones y sin fijeza de salida.

 

En varas pese a taparnos la salida se fueron sueltos. En el tercio de banderillas embistieron descompuestos y algunos hicieron hilo con los rehileteros al salir del par persiguiéndoles. Estos cumplieron con su obligación decididamente. Vicente Osuna y David Peinado «Chetu» fueron ovacionados al banderillear al tercero.

 

El malagueño Jiménez Fortes que deja ver buenas hechuras toreras, aunque a veces, cae en el vicio le la torería de la hornada del siglo XXI, de citar fuera de cacho, pico de la muleta y pase rematado fuera. Se lució en el quite al primero, novillo correton, flojeó de manos. La desigual faena la remató de una estocada y dio vuelta al ruedo. Al cuarto, manso, que no ofreció ocasión de lucimiento lo despenó de una estocada.

 

La murciana Conchi Ríos que hacía su presentación en Madrid, dejó ver finura de estilo y buen gusto en el manejo de los trebejos toreros.

 

El segundo de la tarde acusó genio que lo dejó ver en la pelea en la pelea en varas. Se lució en el quite por chicuelinas. El novillo flojeó de manos y la faena muleteril resultó desigual, pues el astado no ofrecía más. El desbarajuste surgió con el estoque, tras varias sangrías, sonó un aviso, otras más, segundo aviso, y varios intentos con el descabello acertó in extremis salvándose de la hecatombe.

 

El quinto se fue suelto en varas. Con el novillo entregado ante la muleta logró  ligar buenas tandas de pases largos. A la hora de matar agarró un estoconazo que mató sin puntilla y le concedieron las dos orejas. Al final del festejo, las once de la noche, llegó la apoteosis de la murciana que salió en hombros por la Puerta Madrid, luciendo bajo la luz de los trofeos la cinta rosa que sujetaba el moño de su rubia cabellera.

 

El madrileño del distrito de Barajas ejecutó su toreo como siempre con empaque. Pechó con el tercero, manso que se quedaba corto ante la muleta. Faena de si, pero no. Los pases carecían de relumbrón, porque no colaboraba el novillo. De estocada contraria rublicó la faena  y escuchó aplausos. El sexto último manso del festejo, de salida corretón y en varas se salió suelto, ni ofreció colaboración ante la muleta, por lo que la faena no tuvo color, ni sabor. En un pase resultó trompicado sin consecuencias, al pararse el novillo en la mitad del pase, que dobló por efecto de una estocada. Fue despedido con aplausos.

 

Hemos de denunciar el mal estilo reprobable de cierta parte del público al final de la novillada, imitando a un “gracioso” que lanzó una almohadilla al ruedo, cayeron un gran número de estas. Acción impropia de la afición de Madrid, y del carácter y prestigio de la Plaza. Desde hace algún tiempo se vienen observando detalles que no son propios de la categoría y acreditada calificación del primer coso del mundo. Hay que evitar estos y otros desmanes, avisando por los altavoces de la prohibición de cualquier acción que altere la convivencia de la afición que tanto puede perjudicar la categoría de la Monumental de Madrid.

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera Del Éxito 103