El mes de septiembre la empresa de la plaza de Madrid tiene anunciado un ciclo de novilladas domingueras de septiembre. En la primera, con atractivo cartel de novilleros no acudió la afición como se esperaba. Sorprendió la entrada, menos de un cuarto del aforo, con un aceptable cartel. Ahora, ¿dónde está la afición de Madrid? Hay que estudiar la cuestión. Se lidiaron novillos de Aurelio Hernández, que pastan en tierras cacereñas con casta Santa Coloma, de procedencia de Garciliano Pérez Tabernero y Joaquín Buendía. El conjunto de los novillos lidiados fue de juego desigual.

A Jorge Escudero se le vio decidió a recibir a porta gayola al primero. El novillo de salida se fue hacia él, no obedeciendo el juego del capote, y le cogió volteándole y corneándolo en el muslo repetidamente. Es una cogida de gravedad.

Retirado a la enfermería, se hizo cargo del novillo agresor el palentino del pueblo de Villada Diego Fernández, que hacía su presentación en la Monumental madrileña. Se le vio decidido, con buen estilo en el manejo de capote y muleta, corriendo bien la mano y templando la embestida. El primer novillo, flojo de remos, y la faena no fue a más. Con el brazo suelto lo estoqueó de pinchazo y una estocada, yéndose fuera de la suerte.

Se las vio con el tercero, primero de su lote y debió haberse corrido en segundo lugar. Nos obsequió con buenas y templadas verónicas. El novillo se salió suelto en varas y en banderillas cogió, propinándole un revolcón al peón Curro Robles sin nada más que lamentar. Las buenas hechuras toreras de Diego redondearon una faena muleteril dominando la embestida bronca del novillo. Al que despachó atacando con el brazo suelto de pinchazo y estocada. Saludó desde el tercio. El quinto, segundo de su lote, noble de embestida, resolvió la faena con buen estilo y lucimiento, rematando la labor con molinetes apretados. Con el brazo suelto sumó un pinchazo y estocada trasera. Hubo saludos del público que se mostró frío la mayor parte de la tarde.

Joaquín Duque, con el primero de su lote corrido en segundo lugar que de salida se iba suelto con tendencia a la huida y no muy sobrada de fuerza. Se quedaba corto de embestida ante la muleta. El diestro no se cruzó al citar y el novillo le hartaba y no se decidía a embestir.

La voluntad del torero se estrellaba embestida y fuerza del novillo. Con el brazo suelto terminó de una estocada corta y trasera.

El sexto, noble de embestida y arrancándose con soltura a la muleta, logró pases de buena factura sobre ambas manos, concretando una faena dominadora que selló de una estocada perpendicular. Al final del festejo, los diestros y sus cuadrillas fueron despedidos con una larga ovación.

Los toreros que tiene buen corte, es lamentable que a la hora de matar por su decisión de realizar la suerte con el brazo suelto, rompan la buena impresión que causan en la afición.

 

 

 

José Julio García
Decano de la Crítica Taurina
Periodista – Escritor
Escalera del Éxito 103