José Luis Moreno  saludó por verónicas al primero, toro noble que repetía la embestida. Cayó en la cara pero al hacer  el toro por el capote se libró del percance. Tomó el astado dos varas y flojeó de los cuartos traseros. Faena larga sobre ambas manos correspondiendo a la buena condición del toro. Atacando con el brazo suelto dejó una estocada, sonó un aviso, dobló el toro y el diestro saludó desde el tercio. El cuarto le comió el terreno sin dejarle sosiego. Le pegaron en varas y al iniciar el muleteo el toro se dolió de los remos. Pases rematados fuera y al fin ligó unas series de muletazos con el toro embistiendo con la cabeza a media altura. Sin concepto de la medida que debe tener una faena ante de montar el acero sonó un aviso y olvidándose de los cánones para matar al volapie atacó con el brazo suelto para dejar una estocada que fue definitiva. Saludó desde el tercio.

 

Diego Urdiales lidió al segundo, que no se empleó en varas fue picado trasero y llegó a la muleta violento y corto de embestida desparramando la vista. Lo muleteó por ambos lados sin someterlo lo debido. Atacando con el brazo suelto sumó una entrada sin pinchar y después una estocada caída y contraria. El entusiasta público le pidió la oreja y le premió con la vuelta al ruedo. El quinto, abanto de salida y con amagos de querer saltar, se declaró manso en varas, echando la cara arriba para quitarse el palo. Llegó al último tercio cortando el viaje en la embestida y descomponiendo el hacer del riojano que acabó de una estocada y saludó desde el tercio.

 

El madrileño Sergio Aguilar con el tercero bis de Julio de la Puerta que daba sensación de corraleado. Se empleó el astado en el caballo y con sosa embestida y quedándose por el izquierdo mermó las buenas intenciones del diestro que en una porfía voluntaria de pases colmó una faena sin medida hasta que acabó dos pinchazos con el brazo suelto, una estocada trasera y sonó un aviso ante de que doblara el cornúpeta. El sexto, de Carriquiri, se fue suelto y mostró ganas de saltar al callejón. Se arrancó topón y derribó a la cabalgadura. Le pegaron fuerte en el segundo puyazo y salió doblándose de manos. En banderillas se dolió al pincho y llegó a la muleta rebrincando. Fue entrando a la muleta y mejoró la condición de embestida, aunque sin humillar. Hubo ligazón en varias tandas y el toro dobló de una estocada tendida y caída recetada con el brazo suelto. El diestro fue despedido con aplausos.

 

El público torista esperaba más de los toros anunciados. Suponemos que otra vez será.

 

 

 

 

 

Crónica de José Julio García

Decano de los críticos taurinos de España