Incitan al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, a declarar la Plaza de Toros México, como monumento arquitectónico afecto al Patrimonio Arquitectónico del Distrito Federal y proceder a su inscripción en el Registro Público del Patrimonio Urbanístico Arquitectónico del Distrito Federal, en el Centro de Información, e incluirlo en el Catalogo de bienes afectados; así como considerarlo en el Programa de Salvaguarda correspondiente.

La  construcción de la Plaza de Toros México puede ser considerada una hazaña monumental de nuestro tiempo, ya que la técnica que se aplicó en su edificación fue una gran innovación para la época.
Su construcción implicó la realización de avanzados sistemas de canalización, necesarios para encauzar los ríos de concreto con los que se formó la estructura, así como la implementación de un moderno sistema para fabricar concreto y elevarlo hasta el tope de la plaza, que mezclaba materiales y se elevaba 25 metros de altura a fin de alcanzar la parte superior de la misma.

méxico entrada.jpgAunado a la audacia en su construcción, que la hace un monolito de una sola pieza, en la construcción de la Plaza se aplicaron por primera vez en México las tesis de la ergonomía y la isóptica.

La Plaza de Toros ha funcionado por más de 62 años como un lugar en donde el deporte y arte han encontrado campo vital para desarrollarse y en donde los espectáculos de grandes masas han podido presentarse majestuosamente. La enorme mole que constituye la plaza, se construyó por medio de un complicado armazón o cimbrado, parecido a una inmensa cesta de mimbre, en el se utilizaron 6’000,000 de pies de madera. En esta compleja estructura se vació el concreto que dio forma a las graderías y el sistema de columnas que la sostienen. Es decir, toda la plaza se construyó sobre esa «cesta de mimbre» para, al terminar el período de secado, ser separada del que formó la gran cimbra. La enorme labor de descubrir 20,000 m2 de superficie requirió del trabajo de 6,000 hombres, para dejar por fin al descubierto la admirable construcción que ahí se realizaba; los detalles e innovaciones arquitectónicas que dan personalidad a esta gran obra artística de notorio relieve dentro de los lineamientos del arte moderno.

 

La Comisión dictaminadora comparte la preocupación de conservar los valores artísticos y urbanísticos de la ciudad, por lo que es adecuado salvaguardar la construcción, como parte de la cultura que representa, la historia que la acompaña y las páginas que se han inscrito en su interior.