• Por Francisco Bravo Antibón 

    Releyendo la historia taurina de nuestro paisano El Cordobés, hemos tenido la oportunidad de contrastar los datos en ella contenidos, a más de cincuenta años de los acontecimientos, lo que nos ha facilitado el hecho de conseguir la lectura de crónicas, la facilidad de contrastar y cruzar fechas y sobre todo agilizar el contacto con personas que pueden confirmar o desmentir situaciones que en aras de la inmediatez, no se contrastaron. De cualquier forma, en el periodo que abarca esa primera etapa, los errores no pasan de veniales… Por mi parte, he puesto a este trabajo un punto final en la temporada del sesenta, reservando el punto y seguido para la historia, sabedor de que a partir de 1960, existe una extensa y fidedigna bibliografía, en la que beber confiadamente.


    Manuel Benítez Pérez, nació en Palma del Río (Córdoba), el 4 de Mayo de 1936. Época especialmente complicada, sobre todo por la inminente guerra civil, que tuvieron la desgracia de soportar los españoles, y por extensión a Manuel Benítez, en primer lugar como niño, al que le faltó el acento del periodo infantil y en segundo lugar, por la precariedad de medios económicos, que sufrieron familias humildes como la suya.

    Con apenas dos años de edad, quedó huérfano; fallecieron sus padres: José Benítez Méndez, conocido por El Renco y Ángeles Pérez Regal. En tan triste circunstancia, la hermana mayor – Ángeles -, se responsabiliza del problema y mantiene de la mejor forma posible, la existencia del núcleo familiar, roto por los cuatro costados: la orfandad, la guerra fraticida, la ausencia de patrimonio y en consecuencia, el hambre sin paliativos. Inician, por lo tanto, los hermanos Ángeles, Encarna, Carmela, José y el pequeño Manuel, una lucha intensa y extensa, cuando menos para subsistir. 

     LAS PRIMERAS CAPEAS

    Dando un salto, de bastantes años, en la historia nada fácil del personaje que nos ocupa, y en aras de hacer constar de forma más notoria, los pasajes que tuvieran que ver algo con el perfil taurino, nos trasladamos a Madrid y allí nos encontramos a Manolo trabajando de albañil, con ajustes temporales, que le permitían conseguir algún dinerillo para el sustento y para alargarse a los alrededores de Madrid, en busca de capeas.

     

    En la capital de España residían ya sus hermanas Encarna y Carmela, casadas con Juan Antonio Insúa y Manuel Montes. De todas formas, las relaciones familiares, entre los dos matrimonios y el joven Renco no fueron muy fluidas, habida cuenta de que el aspirante a torero, prefería volar por su cuenta, sin demasiadas ataduras.

    AÑOS: 1954-1955 y 1956

    Inicia el camino serio, a varios años del triunfo definitivo. Está documentado que El Renco, como así se le conocía entonces, se arrojó al ruedo -1954- en el coso de Aranjuez , durante la lidia del tercer novillo. También, había saltado y probado suerte

    en Almería y en Los Tejares de Córdoba. Son sus primeros escarceos en festejos taurinos con público.

    Enfiló su particular trayectoria, buscando capeas en pueblos, y tientas en algunas ganaderías, y si fallaban estas “faenas” puntuales, entonces, la luna y su amigo Horrillo, le echaban un cable en la plaza de toros de la noche, con los grillos como testigos, y los ojos expectantes del compañero de andanzas. La hazaña para éllos estaba en apartar, para luego torear, alguna vaca o algún novillo… Hazaña, tan arriesgada y comprometida como prohibida. De cualquier forma, el hatillo torero, les acompañaba siempre, y lo desataron en muchas circunstancias y localidades, tales como: Palma del Río, Peñaflor, Lora del Río…


     

    AÑOS: 1957-1958

    Da un paso más serio y ambicioso, cuando el 28 de abril de 1957, salta de espontáneo al ruedo de la Monumental de las Ventas. Sin administrar un solo pase decoroso, y desecho por la paliza que le propinó el morlaco de Escudero Calvo, es detenido y llevado a comisaría. Las quinientas pesetas de multa, las abonó su entonces jefe laboral y bisoño apoderado: Luís López López.

    En 1957 se ajusta por primera vez un terno de luces, sin muchas luces por su repetido uso, al ser de alquiler. Era un festejo menor, pero ya con cierto grado de seriedad, que se celebró el 16 de agosto de 1957 en Roa de Aranda (Burgos), localidad a la que algunos documentalistas confunden en sus trabajos, con la plaza de Aranda del Duero). Circunstancia que amablemente me aclaró Patricia, responsable de la Oficina de Turismo de Roa. Hizo las gestiones pertinentes, y logró documentación e imágenes cedidas por el gran aficionado señor José A. Portillo Garay. Pues bien, dicho esto, volvemos a la cuestión: Manuel Benítez fue acomodado en el cartel como sobresaliente del rejoneador, pero no tuvo suerte y no pudo dar cumplida cuenta de un sueño tan anhelado; porque al caballero rejoneador, le salió todo tan redondo, que no precisó del concurso del sobresaliente. El cartel en cuestión estuvo formado por el rejoneador Mariano Cristóbal, y los novilleros Sánchez Jiménez y Ángel Carmona; Manuel Benítez El Renco, efectivamente fue el sobresaliente de Mariano Cristóbal.

    En 1979, el comentarista Pepe Luís en una publicación de Roa, recordaba este momento:

    …”Toreaban aquella tarde en Roa, los novilleros Sánchez Jiménez y Angel Carmona; prologaba el festejo, el rejoneador Marianito Cristóbal – hoy será don Mariano-. En letra menuda se anunciaba el nombre y el apodo del sobresaliente del caballero Cristóbal: Manuel Benítez “El Renco”. El centauro, tuvo la buena fortuna – mala para el aspirante a novillero -, de pasaportar a su enemigo de un certero rejonazo, lo que privó a Manuel de intervenir”…

    Para no pasar inadvertido, solicitó, y al parecer consiguió, permiso de Sánchez Jiménez y Ángel Carmona, con el fin de realizar en sus novillos, al menos un quite.

    La temporada de 1958 la pasa prácticamente en blanco, sin nada serio que comentar.

     AÑO: 1959

    Sin embargo, el señor López – tozudo él- negoció como empresario, el coso de Talavera de la Reina, para que de una vez, pudiera hacer el paseíllo con total garantía.

    Y así fue, Manuel Benítez (en esta ocasión El Palmeño) se enfunda de nuevo el terno y se presenta el día 16 de Agosto de 1959 en la mencionada plaza, acompañado por Carlos Barroso Medina de Cardiel de los Montes (Toledo). El ganado fue de Mariano García de Lora de Madrid. Parcialmente, transcribimos de LA VOZ DE TALAVERA, la crónica de la actuación referida a nuestro paisano:

     

    “…El pasado domingo16 de agosto de 1959, se celebró en el coso taurino de nuestra ciudad, una gran novillada… que fue pródiga en incidentes: se lidiaron novillos de la ganadería madrileña de don Mariano García de Lora…/…

    Manuel Benítez “El Palmeño”, tuvo una actuación que podemos certificar de desconcertante, por lo que hemos de verle otra vez, como diría Curro Meloja, para poder juzgar. Al abrirse de capa en su primero, lo derriba el novillo, pero no se arredra por ello, cita de nuevo y saca unas verónicas de solera, insiste y lo vuelve a derribar el novillo que le rasga la taleguilla…/… Con la muleta “El Palmeño” torea con un valor temerario, saliendo trompicado varias veces. Al matar, no sabe salirse, y se queda siempre en los pitones. Después de dos pinchazos, clava todo el acero y descabella al primer intento. Gran ovación.

    Al que cerró plaza lo toreó por verónicas, chicuelitas y una especie de gaoneras, a lo loco, que eso decían en los tendidos aplaudiéndole frenéticamente. Quita las banderillas a los subalternos y rompe los palos por la mitad, se va con las cortas al novillo, cita de rodillas y clava un palo, y uno sólo también, en los dos pares más que intentó clavar con más voluntad que acierto. Con la muleta lo intentó todo, por alto, de pecho, naturales con desplante final y manoletinas, con empujones por parte del novillo, todo ello con un valor extraordinario. No estoqueó con acierto, ni tampoco finiquitó con eficacia el puntillero. No obstante oyó una gran ovación que arreció enormemente, cuando se retiraban los matadores por el centro del ruedo”…,

    “Charro”, el cronista taurino de dicha publicación, resumió en un cuarteto la labor de Manuel:

    Por su valor temerario,

    y si pone tanto empeño,

    un torero extraordinario

    sin duda, será El Palmeño

    Poco después, el 13 de septiembre de 1959 en Loeches (Madrid), fue corneado por un novillo. En el mismo festejo resultó gravemente herido su amigo y compañero de terna: Manuel Gómez Aller, quien debido a la extrema gravedad de la herida que le infirió el morlaco, falleció esa misma noche en el Hospital General madrileño. Manolo, en la cama contigua, vivió minuto a minuto tan dramática secuencia. Tras permanecer un mes en el citado hospital, reapareció en Torre de la Alameda, donde también resultó cogido y con el brazo fracturado.

     LUÍS LÓPEZ, DON CELES, Y RAFAEL SÁNCHEZ “EL PIPO” 

     

    Por ese orden, fueron los mentores del joven Benítez, en primer lugar lo encaminó Luís López, quien luchó lo indecible por su protegido, apoyado por los contactos taurinos que como aficionado tenía y a la sombra poco después de don Celes, un taurino importante por la España del centro, amigo de sus amigos y perfecto ensamble entre él y el siguiente apoderado del futuro califa, el hombre que con más

    entusiasmo y visión de futuro, encumbró a Manuel; naturalmente estamos refiriéndonos a Rafael Sánchez Ortiz El Pipo.

    El torero cordobés no acababa de romper como tal, ni tampoco dejaba de buscar a la fortuna vestida de luces… Pero todo en la vida, cuando se persigue con ahínco, al final suele pasar que la luz que nos guía, nos dirige acertadamente hacia el fin deseado. En este caso la luz la empuñaba con fe, el mencionado Rafael Sánchez El Pipo. Ambos tuvieron la suerte de cruzarse en el camino, y juntos formaron la pareja triunfadora que muchos hemos conocido.

    El nuevo apoderado, el hombre de confianza, el creador de un mito importante para la tauromaquia, se volcó con el torero, entregándose en cuerpo y alma. Hasta el punto de que puso en el empeño, todos sus ahorros y palante…En cuanto a la otra parte, “el Benítez” renunció a su integridad física y se dejó coger…

    Lo primero que hizo El Pipo fue rebautizarle, exigió que en los carteles figurase el apodo magnífico, oportuno y majestuoso de: El Cordobés.

                Fotos De La peña del Cordobés del 6 de Puerta Nueva

     

    El presidente de la Peña José Cuevas Ojeda y el titular de la misma 

    Manuel Benítez «El Cordobés»

                    La peña un día de convivencia en la Hacienda, Cuevas y el Cordobés y peñistas

    José Cuevas Le pone una insignia a su torero

    Inicia una etapa repleta de incertidumbres, pero con un fin y una meta irrenunciables: llegar a lo más alto. Suponía pensar en cómo acceder a lo máximo con bagaje mínimo. Ambos, apoderado y torero negociarían las dificultades con la mejor de las sonrisas. Rafael aportaría su ingenio y Manolo las ganas y su aversión a no ser…

    El 15 de mayo de 1960, se presenta en Córdoba sin caballos, integrado en el siguiente cartel:

    EDMUNDO JUÁREZ “EL ARGENTINO”

    MANUEL BENÍTEZ PÉREZ DE PALMA DEL RÍO

    RAMÓN MONTERO DE VENEZUELA

    NOVILLOS DE FRANCISCO AMIÁN COSTI

    El diestro de Palma, figuró en tarde tan crucial, tanto sólo con el nombre y los apellidos, sin más sobrenombre.

    Demostró tanta ilusión por ese su primer paseíllo en el coso de “Los Tejares” de Córdoba, que se había enfundado el terno de luces, dos horas antes…”pa no andar con prisas”…El resultado de esta presentación, fue la salida a hombros, tras cortar una oreja a cada novillo, y una crónica de lujo que firmó José Luis de Córdoba: La tila por las nubes.

     EN SU PUEBLO NATAL 

    En el mismo mes de mayo del sesenta, actúa en su pueblo natal en tres ocasiones, el 21 de mayo, el domingo 22 y el 26 de mayo. De las dos primeras tengo las crónicas aparecidas en la revista GUADALGENIL (Rincón taurino) y en lo que respecta al día 26, figura el festejo en un cartel editado al efecto. En los tres programas, Manuel Benítez, usa el apodo que hereda de su padre: El Renco. Si bien, a partir de la segunda actuación en Córdoba, su apoderado Rafael Sánchez Pipo, empezó a utilizar el sobrenombre de Manuel el Cordobés y seguidamente: El Cordobés. No obstante, también leemos en algunos carteles: El Ciclón de Palma del Río, El Rey del Valor y sólo en la novillada de Talavera anteriormente citada (16-8-1959) aparece como El Palmeño.

    De sus actuaciones en Palma del Río, trasladamos unas líneas de las crónicas aparecidas en “Guadalgenil”:

     

    …”Primera novillada de feria: Sábado 21 a las seis de la tarde. El cartel lo componen, con el que había de matar dos novillos (Manuel Benítez), Manuel Rodríguez de Lora del Río, Pedro Heredia de Albacete y José Lupión de Algeciras. El ganado en conjunto bueno y bien presentado, aunque desigual en peso. Cuatro novillos de la

    vacada de don Francisco Amián y uno de don José de la Cova. Cinco en total; dos, como hemos dicho, para “El Renco”y uno para cada uno de los restantes.

    “El Renco” en su primero tras una faena aclamada continuamente, logra las dos orejas y el rabo. En el segundo repite otra singular faena, arropado por un público entregado y logra de nuevo las dos orejas y el rabo del novillo….”

    “…Con el mismo llenazo que el día anterior se celebró el segundo festejo –domingo 22-, lidiándose seis novillos de la ganadería de Cid Calonge, de Sevilla, bastante bravos, para Antonio Martín Trujillo de Lora del Río, “El Renco” y Manuel Rodríguez, quién conjuntamente con nuestro paisano también resultó triunfador.” …

    En esta ocasión El Renco obtuvo las dos orejas de su primero y ovacionada vuelta en el segundo. La faena fue del agrado del público, pero no estuvo certero con el estoque.

    La segunda intervención de Manolo en Los Tejares de Córdoba, tuvo lugar el 4 de junio del susodicho 1960, lidiando novillos de José de la Cova Benjumea. Le acompañaban en el cartel: Antonio Martín Trujillo y Manuel Rodríguez.

     COGIDA EN ECIJA -1960

    Entre la segunda y tercera intervención en Córdoba, resultó cogido y herido en la plaza de Ecija, el 18 de julio. La edición andaluza del ABC, comenta así lo sucedido:

    …”Écija. Novillos de Martín Carmona. Manuel Rodríguez, silencio en su primero y oreja en el otro. Al que mató por cogida de Manuel Benítez “El Cordobés”, aplaudido. Manuel Benítez “El Cordobés”, al intentar poner el tercer par de banderillas, fue cogido aparatosamente, pasando a la enfermería. Lozano en su primero gran ovación y petición de oreja. En el que sustituyó a “El Cordobés”, oreja y petición. En el último, ovación.”…

     DE VUELTA A LOS TEJARES…

    Siguiendo el hilo de Los Tejares, el tercer paseíllo en dicho ruedo, naturalmente de 1960, tuvo lugar el 31 de julio. La plaza la tenía subarrendada a Escriche, el conocido ganadero y empresario Higinio Luís Severino. Este despierto organizador, montó una novillada mixta en Córdoba, con su propio ganado, para los novilleros: Manuel Rodríguez, Paco Raigón y Manuel Benítez El Cordobés, quien lidió y estoqueó dos de los novillos menos cuajados, sin el concurso de los varilargueros.

     

    Repite, -cuarta actuación- el 7 de agosto con el cartel de “no hay billetes”, en una novillada sin picadores, con un formato singular. Se jugaron cinco novillos de Álvaro Domecq, de los cuales uno rejoneó Cándido López Chaves y los cuatro restantes para el ídolo del momento: Manuel Benítez. La crónica del festejo fue la siguiente:

    …”Cuatro novillos de don Alvaro Domecq. A la mitad de la corrida intervino el rejoneador Cándido López Chaves, que fue muy aplaudido. “El Cordobés” en su primero gran ovación y vuelta. En su segundo, gran ovación, una oreja y dos vueltas. En el tercero, petición de oreja y en que cierra plaza, gran ovación, petición de oreja y salida a hombros.”…

    Volvemos al coso de Palma del Río, recordando, que repite en ese ruedo, el 24, 25 y 26 de agosto sin caballos y el 28 que debuta con caballos. El primer día lidia novillos de Torrestrella, para Manuel Rodríguez y Manuel El Cordobés (ya se hace llamar así en esta serie de corridas); el segundo día, novillos de María Isabel Ibarra de

    Domecq, con Antonio Escobar, y el tercero, se estoquean ejemplares del Marqués de Domecq y Hermanos, para Manuel El Cordobés, sin más acompañante, y que la astucia comercial, hace que el diestro llame la atención desde el mismo cartel, con un destacado: ¡Sólo ante el peligro!…

    Y como postre de la feria y fiestas de la ciudad palmeña, es decir, el previsto día 28 de agosto de 1960, Manuel se presenta con caballos en Palma como único espada, estoqueando tres astados de Juan Pedro Domecq. Abrió plaza el caballero rejoneador don Álvaro Domecq (hijo).

    POZOBLANCO

    Pozoblanco lo recibe en su feria como un espectáculo irrepetible. En concreto se presenta el 24 de septiembre; en un mano a mano con Rafael Montero Rafaelete y la actuación de la rejoneadora Gina María que lidió un novillo. Las reses procedían de la ganadería de Higinio Luís Severino, empresario que también fue el encargado de organizar los festejos de la feria en honor de Nuestra Señora de las Mercedes.

    Repitió dos días después, el día 27, junto a los diestros: Rafaelete y El Terremoto de Málaga. Tanta fue la expectación, que el historiador Manuel Moreno Valero, hizo en su crónica el siguiente comentario: …”se produjo tal lleno, que el callejón se encontraba abarrotado y el tendido a tope, hasta el punto de que la banda de música no pudo encontrar acomodo”…

     DE NUEVO AL COSO DE LOS TEJARES

    El 16 de octubre pisa de nuevo, por quinta vez, el coso de Los Tejares, acompañado por Paco Raigón y Rafael Cruz Conde González, lidiándose un encierro de Manuel Sánchez Cobaleda. Por primera vez, actúa con picadores ante los cordobeses de la capital.

    Y el 30 del mismo mes, los aficionados tienen la oportunidad de aplaudirle (sexta ocasión que pisa Los Tejares) en el festival a beneficio de la Campaña de Navidad e Invierno. En esta ocasión el ganado corresponde a tres ganaderías: Germán Gervás, Flores Albarrán y Félix Moreno. Ejemplares que estoquearon: Alfonso Gómez Ramiro, Rafael Montero Rafaelete, Manolín Sánchez Saco, Pedrín Castro, Paco Raigón y Manuel Benítez El Cordobés.

    Y poco después, cruza por séptima vez en el mismo año, el ruedo de Córdoba. Fue el 13 de noviembre, interviniendo en el segundo festival benéfico de la “Operación Ladrillo”, que organizaba el sacerdote del barrio del Naranjo: don Agustín Molina Ruíz. Alternó, el diestro de Córdoba con Enrique Vera. Se lidió ganado de Víctor y Marín y Francisco Amián.

    Desde este punto en adelante, El Cordobés se enfrenta descaradamente, a la ortodoxia de la tauromaquia de todos los tiempos, a la que se asoma y se integra el quinto califa, de forma rotunda, relevante y triunfal. Escribe con su muleta, unos capítulos discutidos, aplaudidos, ensalzados, vituperados, pero sin ninguna duda, densos y macizos de emociones, de anécdotas, de triunfos, de situaciones únicas, como bien conocen los aficionados taurinos en general. Su espectacular quehacer taurino, lo culmina Córdoba y El Cordobés, celebrando su reconocimiento como quinto califa del toreo de nuestra tierra, – octubre de 2002-. Honor compartido con “Lagartijo”, “Guerrita”, “Machaquito” y “Manolete” ¡ahí es nada!…