TERCER FESTEJO DE LA FERIA DE OTOÑO

TOROS DE VICTORINO ENRAZADOS CON BUEN JUEGO EN GENERAL

DIEGO URDIALES PREMIADO CON OREJA

 

Antonio Ferrera, Diego Urdiales y el colombiano Luis Bolívar formaron la terna de espadas que dieron cuenta del encastado encierro que envió Victorino Martín.

Antonio Ferrera lanceó con buen estilo al primero, que se arrancó al caballo y apretó en la reunión. Lo banderilleó con decisión y variada ejecutoría. El toro bronco de arrancada se dejó ante la muleta y la faena sobre ambas manos tuvo ligazón, pero no estuvo a la altura que requería el astado. Al matar de estocada sin puntilla, hubo ovación para el toro y algunos pitos para el diestro. El cuarto fue de lejos al caballo y apretó en la suerte. Lo banderilleó de poder a poder, dentro a fuera y al quiebro, siendo ovacionado. La buena enbestida de la res la embarcó en la muleta con pases poco sosegados, sin temple, fuera de cacho y asfixiando la buena arrancada del astado que dobló por efecto de dos pinchazos y estocada. Hubo aplausos, para el toro y algunos pitos para el torero.

Diego Urdiales tuvo que pechar con el toro más complicado del encierro, mansote se iba suelto y peleó con genio. Se arrancó en banderillas comprometiendo a los rehileteros. Ante la muleta probaba antes de arrancarse y al final del pase buscaba. El diestro riojano aguantó con valentía y logró pases aguantando el derrote final. Terminó con doblones y desplante de rodillas. Lo finiquitó de estocada sin puntilla administrada con el brazo suelto. Pitos al toro en el arrastre y saludos al diestro que recogió en el tercio. Bravo el corrido en quinto lugar, arrancándose de lejos al caballo y empujando, acabó corto de embestida y tomando la muleta con buen son. Aguantando la arrancada ligó pases rematados con el de pecho que se jalearon. Entrando con el brazo suelto, dejó una estocada sin puntilla y le otorgaron una oreja. El toro fue ovacionado en el arrastre.

El colombiano Luis Bolívar lanceó a la verónica con buen compás al tercero que embestía  con raza y peleó en varas empujando. En las verónicas del quite agradó tanto como en las de recibo. El toro se arrancó de lejos  y lo citó muleta en mano desde el centro del redondel, apretados naturales, derechazos firmados con el de pecho. Sin estoque continuó muleteando por ambos lados. Sonó un aviso, por pasarse del tiempo de faena, vicio de los toreros actuales. Cobró una estocada y resultó volteado, acabó de un descabello. El sexto cumplió en varas y acabó corto de embestida y buscando. Fuera de cacho citó para conseguir derechazos y cuajar una faena peleona cerrada de pinchazo con el brazo suelto, una tendida del mismo modo y descabello. Y se acabó el festejo.

 

 

Desde Madrid, informa José Julio García