Se lidiaron seis novillos de la ganadería portuguesa de Couto de Fornihlos, encaste Conde de la Corte y Atanasio Fernández de aceptable presentación, mansotes, los tres primeros con nobleza y buen son de embestida. Los restantes ya tuvieron otro estilo.

 

El madrileño Valentín Mingo, que en el último festejo celebrado antes que el tenis, tuvo que estoquear cinco novillos por cogida de sus compañeros, fue recibido con una ovación que recogió saludando desde el tercio, invitando a sus compañeros de terna. Apareció en el ruedo el primero que se iba suelto de los capotes, cuando fue a las telas toreras embistió con nobleza, y el diestro se lució por verónicas, entró con decisión a caballo y la boyante embestida dio ocasión a presenciar una faena variada de buen calado torero, rematada de pinchazo y estocada. Fue ovacionado y saludó desde el tercio. El cuarto cabeceó en varas para quitarse el palo. A base de porfiar logró muletazos de buen marchamo por el lado derecho, por el izquierdo no ofrecía lucimiento el astado y hubo de usar el acero repetidamente para despacharlo. Sumó una estocada que escupió, media perpendicular, otra media igual, pinchazo hondo, tres descabellos, aviso, y descabello.

Juan Manuel Jiménez, de Madrid, lanceó con buenas maneras al segundo al que le pegaron fuerte en varas, mermándole las fuerzas. Embistió ya flojo de manos y con la lengua  afuera, corto de arrancada y buscando al final del pase. Forzando y aguantando el viaje de la res, sacó muletazos aseados, a base de cruzarse en la cara al citar. Lo finiquitó de un pinchazo y una estocada delantera. El quinto suelto de salida lo recogió y veroniqueó con buen gusto. En varas el novillo fue de un picador a otro sin fijeza. En banderillas cortó el viaje por la izquierda al peón Alfredo Rodríguez, quien le aguantó y clavó un par en lo alto, siendo ovacionado. El novillo se quedaba en la arrancada y echaba la cara arriba, molestando al muletero por ambos lados. El diestro destacó en los pases de pecho corriendo la muleta de cabeza a rabo. Todo lo puso el torero para componer una faena forzada que remató de pinchazo, pinchazo sin soltar, una  estocada corta, todo lo práctico con el efecto de entrar con el brazo suelto y acabó de un descabello. Escuchó aplausos.

El colombiano Jonathan Moreno Muñoz repetía en Madrid, después de su presentación, el 7 de septiembre último, resultando cogido entonces al estoquear al primero de su lote. En esta ocasión se mostró decidido desde que salió el tercero de la tarde, al que veroniqueó con buen compás. Cumplió el astado en varas y embistió bien por el derecho, se vencía por el izquierdo. Con decisión  y buenos modos redondeó una faena  aceptable que puso fin de pinchazo y estocada. El sexto se repuchó en varas y fue con decisión a la cita en banderillas, luciéndose en un par, cuadrando en la cara, el peón Jesús del Monte. Inició la faena de rodillas muy decidido, para continuar de pie. A base de porfiar y exponer, aguantó derrotes del novillo, hasta que lo cogió y volteó, causándole una contusión en el pie izquierdo con posible fractura y contusión en el hemitórax. Despenó al novillo Valentín Mingo de dos pinchazos, media estocada y cuatro descabellos.

Y tras este tiempo sin toros en Madrid y por mucho auge que tengan actualmente el tenis, yo prefiero en el Monumental de las Ventas a José Tomás, en vez de los campeones de tal deporte-espectáculo.

Desde Madrid, informa José Julio García