FESTEJO 68 Y ÚLTIMO DE LA TEMPORADA EN MADRID

 

NOVILLOS DESLUCIDOS POR FALTA DE FUERZA Y TOREROS PEGAPASES SIN CONCEPTOS DE LO QUE ES LIDIAR LA CORRIDA. DURÓ DOS HORAS Y MEDIA.

 

 

La clausura de la temporada del 2008 coincidió con el último domingo de octubre. Se corrieron novillos de la ganadería jienense de Sorando, encaste Domecq Diez –  Jandilla, que acusaron poca fuerza en general. El primero y el tercero fueron devueltos al corral, en su lugar salieron dos sobreros de la divisa propiedad de don Salvador Valverde, que no mejoraron el género.

Encabezaba la terna  de espadas el zaragozano Carlos Gallego, con el primero bis, abanto de salida y con poca fuerza, que se doblaba de manos aunque tomaba la muleta, tras pases más pases acabó de estocada en lo alto. El cuarto manso, peleó con rabia en varas  con derrotes para quitarse el palo y se salió suelto. Llegó a la muleta con arrancada corta y punteando. Con más voluntad que recursos de lidiador, pases más pases, hasta que se decidió despenarlo cobrando una estocada atravesada, entrando con el brazo suelto. Unos trapazos para volver a cuadrarlo, en vez de doblarse por bajo. El novillo gazapeaba y no igualaba, pasado de faena y sin ser sometido, sonó un aviso, otra estocada con el brazo suelto, dos pinchazos, descabello, segundo aviso y descabello definitivo.

El mejicano Arturo Saldívar hacía su presentación en Madrid, busca el lucimiento sobre una serie de pases que los ejecuta sea cual sea la condición del astado que tenga delante. Un concepto es dar pases  y otro lidiar. Se las vio con el segundo de noble embestida y acusada poca fuerza, pese a esta tara, con buena voluntad trató de citarlo adelantando la muleta cruzándose y metiendo el pico. Hubo pases entonados con ritmo y cerró la serie con manoletinas, ante la larga duración de las series de pases sonó un aviso y después de dos pinchazos y una estocada  se acostó el astado, ante los excesivos fallos del puntillero se levantó el novillo, sonó el segundo aviso, descabelló y al final acertó el puntillero. El quinto se cayó al salir de varas y se recuperó para tragarse un pase cambiado por la espalda, derechazos y naturales que no requería el astado, que no requería y logrados al hilo del pitón. Remató con bernardinas. Atacó con el brazo suelto para dejar un pinchazo, repitió con una estocada, sonó un aviso, dobló el novillo y muy decidido sin que nadie se lo pidiera salió al tercio a saludar.

El madrileño Miguel Hernández “Miguelín”, que vio cómo retiraban al corral al tercero por flojedad manifiesta de remos, primero de su lote, se la entendió con el sobrero flojo de remos y con repetidas caídas. Intentó citarlo de lejos y con más voluntad que cualquier otro concepto sacó muletazos que cerró con bernardinas. Tras un metisaca, un pinchazo y estocada quedó el novillo para el arrastre, y muy decidido y sin eco en el ambiente saludó desde el tercio. El sexto corneó el peto en varas y se repuchó. Con genio y cabeceando se arrancó en banderillas. Flojeó de remos  llegó a la muleta y pese a todo hubo pases y más pases, sin media de la faena, como ya había sucedido en otros novillos de la tarde, sonó un aviso tras cinco pinchazos, entrando de nuevo dejó una estocada y remató con el descabello. Y así, por fin  acabó este postrero festejo a las dos horas y media de haber comenzado, en el que vimos novillos inválidos y pases y más pases sin sentido de lo que es lidiar. Esperemos que haya propósito de enmienda de la  torería para corregir esta situación viciada que tanto perjudica a la autenticidad de la tauromaquia. ¡Hasta la próxima temporada! ¡Felices Pascuas!

 

 

 

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Crónica de José Julio García