«También el ex Presidente, Venustiano Carranza pasa a la historia como una figura negativa para el toreo, ya que prohibe las corridas de toros en el Distrito Federal, mediante un decreto que fue publicado el 7 de octubre de 1916 y que duro hasta 1920…”

Dicen los historiadores que una vez que llego al poder, lo primero que hizo fue organizar la Convención de Aguascalientes, lo segundo, cerrar la plaza de toros “El Toreo” que en aquellas fechas funcionaba en la capital -en las calles de Durango, Valladolid, Colima y Salamanca- donde hoy se ubica el “Palacio de Hierro” en la colonia Roma (frente al burdel de la famosa Graciela Olmos, “La Bandida”, para más señas).

Carranza prohibiría de igual manera las corridas en el resto del país, con poco exito ya que los festejos en provincia se realizaban de manera clandestina o con la autoridad de algunas autoridades inconformes con Carranza.

Entre las anécdotas de ese periodo de prohibición se cuenta que una turba de aficionados se manifestaba todos los domingos en la casa de Carranza, ubicada de la esquina de Río Lerma con Río Sena de la capital mexicana -hoy su museo-, pero el Varón de Cuatro Ciénagas no se inmutaba.

Prueba de ello es que mantuvo el veto todo el tiempo que estuvo en el poder: tres años como Primer Jefe y dos como Presidente Constitucional.

En 1920, debido a la Revolución de Agua Prieta -encabezada por Obregón y Calles- abandonó la capital con la intención de irse a Veracruz y gobernar desde allá, como lo había hecho durante la guerra con Villa. En el trayecto lo asesinaron.

El sucesor de Carranza en el poder, el General Adolfo de la Huerta, inmediatamente levantó el embargo taurino.

En el Estado de Oaxaca, se prohibieron las corridas de toros desde el 4 de septiembre de 1826, fecha en que se decreta con el título “Se Prohíben las Corridas de Toros” estableciendo lo siguiente:

“El Congreso 1º Constitucional del Estado”:

Artículo Único. Las autoridades por ningún motivo promoverán ni permitirán las corridas de toros, quedando estas prohibidas en el territorio del Estado de Oaxaca á 4 de Septiembre de 1826″

Este Decreto se encuentra en el Archivo General del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca (AGEPEO), Tomo I, de la Colección de Leyes, Decretos, Circulares y demás disposiciones 1823 – 1855.

En 1922, siendo Gobernador Constitucional del Estado, el General Manuel García Vigíl, con la XXVIII Legislatura, ratifica esta prohibición, bajo el Título VI. Principios Generales de Administración Pública, el Artículo 151, que a la letra dice: “Ninguna ley ni autoridad puede permitir en el Estado el establecimiento de juegos de azar; ni autorizar o permitir espectáculos contrarios a la cultura y moralidad públicas como las corridas de toros y peleas de gallos”.

En los últimos meses el Estado de Sonora y los municipios de Veracruz y Boca del Rio se han sumado a la prohibición de las corridas de toros.

Hay que recalcar que Sonora es un Estado que no cuenta con plazas de toros y el ultimo festejo taurino que celebro fue hace mas de diez años.

Por su parte el municipio de Veracruz, en el estado con el mismo nombre, tambien aprobó un reglamento que prohíbe las corridas de toros.

La actual presidenta municipal de extracción priísta dio a conocer que el 6 de junio el cabildo del ayuntamiento de Veracruz aprobó el Reglamento de Protección Animal con el que quedan prohibidas las corridas de toros. Así como las peleas de perros, gallos o espectáculos de circo donde sean maltratados los animales.

El pasado mes de abril, el municipio de Boca del Río, conurbado con Veracruz, aprobó con ayuda de asociaciones civiles un reglamento que tiene las mismas prohibiciones.

Las mismas asociaciones ayudaron a crear el reglamento para Veracruz.

El 8 de marzo del presente año se celebró una corrida de toros en Boca del Río en medio de protestas de decenas de personas, con un cartel estelarizado por el rejoneador español, Pablo Hermoso de Mendoza. Fue la última corrida en ese municipio.

Lo increíble ante estas prohibiciones es el silencio que guardan las agrupaciones taurinas mexicanas y los toreros, que con su indiferencia, falta de unión y coordinación se escudan en que son Estados “perdidos” para el mapa taurino mexicano.

Permitiendo de esta manera que la fiesta brava en nuestro país continúe sufriendo vejaciones de parte de algunos grupos políticos/animalistas minoritarios.

Hay que señalar que la mayoría de estas iniciativas o prohibiciones han surgido de parte de los partidos Verde Ecologista y PRI, en los Estados y municipios donde actualmente gobiernan o tienen cierta mayoría de representación en sus congresos.

En Mexico millones de personas viven en la pobreza extrema, mientras otro gran porcentaje sufre día a día una inseguridad que esta dejando una cicatriz muy honda en esta generación y que no será fácil de borrar.

También vemos todos los días en los noticieros hechos de corrupción, de despilfarro y endeudamiento en todos los niveles de gobierno, así como actos de ingobernabilidad en varios Estados del país.

Mi pregunta es: ¿De verdad es un motivo de orgullo para algunos legisladores y gobiernos, ante esta serie de problemas graves mencionados, gastar algunas partidas presupuestales en materia legislativa para anunciar logros efímeros para la sociedad, como prohibir las corridas de toros y peleas de gallos?

La soberanía y la libertad a las tradiciones y costumbres debe de ser exclusiva del pueblo, no como se encuentra actualmente; secuestrada por algunos legisladores.

México no se merece todo lo malo que le pasa, ni tener a unos dirigentes que solo se preocupan de su bienestar y de protegerse mutuamente.

Es lo que digo yo.