El jerezano al que nadie gana en voluntad y en querer hacer cosas ofreció banderillas a sus compañeros de terna pero con el primero con tendencia a la huida todo se quedó en un intento y se lo quitó de en medio pronto. Al cuarto lo recibió con tres largas cambiadas de rodillas en el tercio. El toro se acostaba por el derecho y en la primera vara se durmió en el peto llegando distraído a banderillas. Tras dos pares de poder a poder desafinó con uno al violín. Con tendencia para los adentros el diestro puso mucho afán de sacarlo para los medios y logró muletazos fuera de cacho cerrando una serie con un molinete y un segundo con un afarolado. Atacando con el brazo suelto dejó una estocada que fue definitiva. Le pidieron la oreja que no se concedió.

 

Luis Miguel Encabo sorteó un segundo que de salida se doblaba de manos y se iba suelto y sin fijeza. Tras la pelea en varas los tres diestros siguieron compartiendo tercio de banderillas sin nada que resaltar y el astado llegó ante la muleta con querencia para los adentros, trantando de enganchar y desarmó al matador. No se prestó al lucimiento el toro que despachó el diestro alcalaíno de pinchazo echando la cara arriba el toro, y tras dos pasadas con la espada sin pinchar remató de una estocada.  El quinto que se quedaba corto y rebañaba, lo finiquitó de dos pinchazos, una pasada sin pinchar y media ladeada.

 

Iván García en sus dos toros gustaron sus maneras e intento de cruzarse con la muleta y adelantarla para sacar los pases. Mató pronto y fue aplaudido al terminar su actuación en el sexto.

 

Siempre en la feria de Madrid se hace alusión a los bueyes de San Isidro, en una o más ocasiones salen mansos que recuerdan al ganado con el que labraba el santo.