Esta tarde hemos comprobado en la plaza pacense de Zafra, que no hay nada que agüe la Fiesta. El festejo comenzaba con un cartel diferente al inicial que se había presentado, ya que sólo Joao Moura padre permaneció en él. Su hijo entró sustituyendo a Diego Ventura, que estuvo en los tendidos, y Leonardo Hernández, a Pablo Hermoso de Mendoza. Esto provocó que se devolvieran alguna que otra entrada, aún así la plaza se llenó unos dos tercios. Pero el mayor de los imprevistos, por si fueran pocos, llegó en el segundo toro de la tarde, cuando comenzaron a caer las primeras gotas de agua, que terminaría con un aguacero.

Joao Moura padre, tenía un reto esta tarde. Estaba acartelado con dos jóvenes gallos de pelea que vienen triunfado toda la temporada, especialmente Leonardo Hernández. La veteranía del rejoneador jugó a su favor, sobre todo en el soso cuarto, del que obtuvo un trofeo. Una buena faena al primero, del gusto del público, que remató con un rejonazo, hizo que cortara las dos orejas.

Otras tres orejas se llevó Leonardo Hernández, destacando en el sexto, que hizo las delicias de los asistentes que aguantaron hasta el final en sus asientos. El rejoneador estuvo vibrante en todos los tercios, calando mucho en los tendidos. Se comprobó el buen nivel que ha alcanzado Hernández.

Moura hijo por su parte cortó un apéndice de cada uno de sus astados. Joao mostró destreza a lomos de sus cabalgaduras, pero no con los rejones de muerte, aunque el público generoso con él, quiso que acompañase a hombros a sus dos compañeros.