MICHELENA, SALAS Y REVERON.

Uno de los artistas venezolanos de gran renombre en el área de la pintura nacional e internacional ha sido indudablemente, el valenciano Arturo Michelena. En sus primeros tiempos de vida infantil por el año de 1877, da muestras de su incipiente inclinación al mundo pictórico de los toros con su cuadro “ ji pi pi torito”. Luego varios años después aparece la pintura que reproduce la imagen de “Torero”. Seguidamente en el año de 1892, como un anticipo a su obra cumbre en materia taurina “La vara rota”, produce un “Estudio de personaje y toro”, para concluir en el año de 1896 con el cuadro “Picador con toro y monosabio”. Tito Salas, otro gran pintor de la patria de Bolívar, a sus pinceles pertenecen dos cuadros taurinos extraordinarios que datan del año 1908, los cuales aparecen con los nombres: “ La romería del Rocío” y la “capea de Castilla”.

Al famoso Armando Reverón le son atribuidas las creaciones “Nuevo Circo de Caracas” y diversas pinturas llamadas “Torería”, así como el célebre “Traje de luces de mono”, efectuadas entre los años 1934 a 1938.

El Toro Constelado (1957) es una obra del pintor venezolano Mario Abreu. Su historia es de interés porque su origen se debe a la lectura de los tres primeros versos de un poema de Juan Liscano “Canto al toro Fugitivo” publicado en Contienda (1942):

Alto y duro, movediza montaña de sangre

sosteniendo un cuerno de encendida luna,

por tierra, mar y cielo. Toro de Gran Poder

con las tres divinas personas en una.

Toro verde fuego de praderas solitarias

donde arde y se repite la rosa de los vientos.

toro sin torero con un ave entre las astas

y negras puñaladas bajo sus pasos lentos.

Luceros de su frente robados del establo,

candelas de su cola y noches de su grupa.

Un árbol de zamuros lo acecha en la sabana,

por playas y por montes lo acosa el matador.

ABREU, SOTO Y VALLENILLA.

El pintor del Estado Aragua Mario Abreu realiza en el año de 1957,la imponente acuarela de “Toro herido de muerte”, trabajo que llega a representar un universo de constelaciones. Jesús Soto, el privilegiado cinetista deleita la mirada pública con su “Toro vibrátil”, que lleva a cabo en el año de 1961, y Pedro Centeno Vallenilla tres años después, con una creación titulada “Tauromaquia”, hace gala de un dibujo en el que resaltan sinuosas y estilizadas líneas que dan vida a un cuadro singular.

GONZALEZ, TELLEZ Y ZAPATA.

El maestro margariteño Pedro Ángel González, quien se dedica preferentemente a la pintura paisajista, aporta en el año de 1974 la obra “Jugando a los toros”, en la que reproduce a unos niños o maletillas que se estrenan en el aprendizaje taurino. Luego Javier Tellez, un artista nacido también en la capital del Estado Carabobo, efectúa en 1991 con dos colores ligados al ambiente taurino como son el rojo y el amarillo, una estupenda pintura que denomina “Toro”. Y por último Pedro León Zapata, el actual caricaturista del importante diario “El Nacional” nos asombra con su creación “Torotorero”, una interpretación mitológica compuesta de un cuerpo de caballo con brazos y cabeza de un hombre.

Lo que terminamos de describir, nos permite asegurar que la Fiesta Brava viene teniendo arraigo y relevancia en el campo de la pictórica nacional, con marcada presencia por consiguiente, en la historia cultural del pueblo venezolano.