Por su parte, Alfredo Núñez Borbón, compositor mejicano de temas románticos, se introduce en el repertorio torero de su país al componer el pasodoble, “La Oreja de Oro «, en tanto el compositor michoucano, Miguel Prado, que fuera novillero en su juventud, compone un precioso pasodoble, un tanto aflamencado, al que titula «El Soldado», en honor al espada Luis Castro.

 

Un gran maestro, investigador de la Historia de la Música Popular Mexicana, Juan Sebastián Garrido, compone los pasodobles: «Balderas «,’ «Calesero, poeta y torero «,’ «Jorge Aguilar, El Ranchero » y «Cañitas «, sin duda, el más logrado de todos ellos.

 

Habré de dejar constancia también del saxofonista y director de orquesta veracruzano, Rodolfo Reyna, autor de pasodoble s toreros tan celebrados en Méjico, como los de

«Joselito Huerta «; «Capetillo» y «Toreros Mexicanos «.

 

Un pasodoble de obligada interpretación, no solo en el coso capitalino, sino en la mayoría de las plazas de toros aztecas, es el conocido pasodoble de: «La Virgen de la Macarena «, de Monterde y Calero, cuya versión más conocida en Méjico, tal vez sea la del arreglo musical que de dicha partitura hiciese el maestro Genaro Núñez, cuya Banda de Música, al interpretarlo, le infundía un aire tan andaluz; un acento tan sevillano y tan propio de la tierra de María Santísima, que al ejecutar las coplas del trompeta solista, de inmediato eran seguidas por una especie de arrebato entre los espectadores asistentes a la corrida.

 

No podía dar titulo a tan conocida partitura, otra Virgen que no fuese la sevillana Macarena. La Virgencita a quien, cada noche, reza esa mocita enamorada, pidiéndole y suplicándole que nunca la olvide el gitano por el que ha «perdío» el «sentio» y bebe los vientos.

 

Bemardino Bautista Monterde y Antonio Ortiz Calero, sus autores, conocedores sin duda de la gitanería y torería de tan venerada imagen sevillana, recurrieron a ella para titular a su pasodoble. La prefirieron a la mejicana Virgen de Guadalupe, tal vez, por entender que «La Madresita» como la llaman los cuates, entiende poco de amoríos gitanos.

 

En mi modesta opinión, creo que los autores acertaron de pleno al titular a su pasodoble con el nombre de esa Virgen -La Macarena- que toda Sevilla lleva en el corazón. Una Virgen, la Macarena, con tanta torería que, incluso, llevó luto y vistió oscuro manto por la muerte del más conocido y universal hermano de su piadosa Cofradía, el diestro José Gómez Ortega, «Joselito».

 

López Alarcón así lo reconoce y nos habla de ello en su sentido poema. Ese que dice:

 

 

 

Ven, forastero: dobla la rodilla.

Que en la Semana Santa de Sevilla,

 porque ha muerto José, este año estrena

lágrimas de verdad la Macarena.

 

 

 

Lorenzo Gallego Castuera

Director banda Música Las Ventas