Informa desde Venezuela. Rubén Darío Villafraz. Periodista Taurino

Hemos sido testigo de uno de los años más difíciles para el toreo venezolano en general. Y lo seguimos padeciendo. Los costos, la volatilidad de la moneda americana para pagos de toreros, lo escasa de la cabaña brava, el limitado poder adquisitivo del aficionado, la calidad de espectáculo que se ha venido presentando en las últimas citas de relevancia han hecho que paulatinamente el taurino como tal se aleje de una u otra manera de las plazas. Y ante esto los empresarios deben de hacer maromas para no perder clientela en la taquilla.
La cita taurina tovareña que se escenifica en honor a la Virgen de Regla abarca 174 años de tradición. Y para bien o para mal repercute en los actuales momentos la “chispa” que pueda encender la llama de contar entre los apasionados aficionados, de volver a las plazas de toros. Lo marca el hecho de defender un espectáculo afectado como todos en el país, pero no ajeno que para su subsistencia debe de mantenerse en el interés del conglomerado general.
Es así como para este próximo fin de semana el Coliseo El Llano se convierta en epicentro de interés para propios y extraños al toreo. Dos corridas de toros y una novillada es la programación que la valiente empresa que representa el aficionado José Antonio Montilla y su larga lista de asesores, han dispuesto llevar a cabo. Mucha juventud y novedades la que se ventila en sus respectivas combinaciones.
El viernes por la noche la tradicional novillada nocturna. Se puede decir que es la más lujosa vitrina que actualmente tienen los novilleros andinos para lucirse y dejarse ver, prologo este que implica observar el futuro que nos aguarda en nuestras escuelas taurinas ante reses de Don Juan Campolargo.
El sábado los nombres de los jóvenes espadas venezolanos Eduardo Valenzuela y Ángel Ramos y el debutante azteca Antonio Lomelin Hijo, con un encierro con edad y arrobas del hierro de Tarapío serán protagonista del gran primer reencuentro del toro la afición venezolanos tras meses convulsos.
Al día siguiente, la alternativa del fornido aún novillero Cristian Valencia, de manos de Marcos “Peña” El Pino” y el testimonio del mexicano Luis Manuel Pérez “El Canelo” pondrán broche de cierre a una edición que esperemos que resulte lo triunfal y exitosa que bien se necesita en este instante. Ojala y los toros –el cual no tienen palabra de honor como diría el maestro Pepe Alameda- así lo permitan.