En medio de la mejor noticia que hemos escuchado en los últimos días, para bien de la Fiesta… la declaratoria oficial de
Sí… ocurre que han comenzado a llegar los toreros ultramarinos, uno de ellos, Alejandro Talavante, hizo su primera participación en la Feria de Tlaxcala, y en lugar de ser ellos mismos -en este caso concreto el propio Talavante- los primeros en apoyar a ese fortalecimiento para la Fiesta, llegan con sus imposiciones y ponen contra la espada y la pared a los empresarios, porque si no les cumplen todas sus pretensiones… no firman los contratos respectivos y se califica al empresario como “incompetente”; y si las cumplen, sobre todo con los toros “agradabilísimos” de presencia, pues el público reclama, aunque en la realidad sean los únicos responsables de ese hecho los propios toreros del otro lado del charco, que si bien torean en España y Francia auténticas catedrales, no se entiende por qué no torean en México el TORO en toda su expresión.
Sí, hizo una faena bonita Talavante, a
Verdad que está basada en el auténtico toro para el torero de verdad.
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