Banderillero nacido en Córdoba, el 28 de Diciembre de 1938, en la carretera del Brillante nº 85, en la zona antiguamente denominada como del Puentecillo, porque por ese punto cruzaba la citada carretera el Arroyo del Moro. Es el más joven de una familia de siete hermanos. Su padre era el maestro zapatero de la zona, muy solicitado y querido por sus clientes, vecinos la mayoría de los alrededores.

Contando tan sólo doce años de edad, se siente atraído por la fiesta de los toros en general, debido principalmente a que su hermano Cristóbal, ya estaba inmerso en ese mundillo, tan serio, variopinto y atractivo.

…”la primera vez que me pongo delante de una vaca fue en Almodóvar del Río, me bajé pero no llegué a dar ni un capotazo… me pegó un revolcón y me apartó…, por lo menos aquella tarde… ese día mataba un novillo Antonio Ángel Jiménez”…

La segunda oportunidad la tiene en Guadalcázar, en el transcurso de una capea que allí se celebraba, después de un duro viaje, saliendo de Córdoba haciendo topes hasta Posadas y desde allí, llegar andando a la citada localidad, el día de antes de la capea, para dormir en la zona de las antiguas pilas…

...”por la zona había capeas para los aficionados y era nuestro deber aprovecharlas. Esta si que fue la primera vez que logré hilvanar un pase, lo recuerdo perfectamente, fue un pase de pecho y de espaldas, al fin logré lo que más deseaba, al menos, aunque fuera muy poco, dar un pase con el público por testigo…Tendría unos quince o dieciséis años”…

Empieza a tomarse en serio su vocación y se rodea de amigos que buscan, como el, estar en contacto con los taurinos y cerca de los soplos para tientas y capeas. Por ejemplo Francisco Palau, un joven aficionado que llegó a saltar como espontáneo, en una corrida del Marqués de Domecq, y en la que alternaban Gregorio Sánchez, Joselito Huertas y Martorell; por cierto que le ayudó lanzándole la muleta desde el tendido, Luis González.

…” practicábamos en los alrededores de los depósitos de las aguas potables, ya en plena del toreo. Me apunté en la Escuela Taurina de la calle Adarve y allí entrenaba todas las noches”…

 

 

PASEÍLLO EN CÓRDOBA

La primera vez que estoquea de verdad… y no clavando la espada en el carro, fue cuando contaba dieciséis años, en la clásica Becerrada Homenaje a la Mujer Cordobesa, vistiendo traje campero.

A esta intervención tenemos que sumarle cinco nocturnas, de las que en aquella época era frecuente disfrutarlas en la vieja plaza de Los Tejares de Córdoba, a vaca por festejo, siendo en la primera de ellas, cuando se ciñe un traje de luces alquilado, con la ilusión del primerizo que cruza el albero admirándose a si mismo y emocionado por vivir unos momentos, por los que tanto había soñado.

Un buen aficionado lucentino, le ofrece la oportunidad de presentarse en Lucena junto a otros compañeros, para lidiar y estoquear unas vacas, acompañados de otro diestro de la localidad que toreó un novillo. A Julio le fue muy bien, entendió a la res que tenía querencia hacia los adentros, se puso de espalda al platillo y le dio tantos pases como buena voluntad puso.

 

 

FERRETE,( ..) LUÍS RODRÍGUEZ, ISIDRO SÁNCHEZ, JULIO Y LUÍS GONZÁLEZ

Debido a esa buena actuación, repite en el mismo coso y ya no fue lo mismo, la vaca no tenía ni la más mínima calidad, y a pesar de que lo intentó todo, no pudo triunfar.

A estas alturas ya llevaba toreadas, seis vacas en Córdoba y dos en Lucena, pero no tenía nada claro, seguir de novillero sin nadie que le apoyara era demasiado duro, aventurado y casi imposible. Iba de capea en capea, pero nadie dio el paso al frente para echarle una mano, hasta que un buen día Zurito padre, le dijo que le había visto y que lo veía muy dispuesto con los palos, y por ello le aconsejó que se dedicara definitivamente a banderillear, que sería lo mejor para su carrera.

Julio valoró positivamente la indicación de Zurito y puso los palos en festejos menores, actuando como aspirante, hasta conseguir el carnet de profesional. Durante varias temporadas fue con distintos novilleros cordobeses, pendiente siempre de que algún diestro, con más futuro y sobre todo con más actuaciones seguidas, le colocara en su cuadrilla. Como era un torero completito, iba bien con el capote y muy bien con los rehiletes, Rafael Herrador Chumillas, el apoderado de Florencio Casado El Hencho, le había observado en dos tardes que El Hencho había lidiado en Priego de Córdoba, el 30 de Mayo y el 7 de Junio de 1964. Hablaron de condiciones y quedaron de acuerdo, para que Julio Sánchez, se incorporase a la cuadrilla del prometedor Florencio. Así empezó la vinculación de ambos, luchando día a día cada uno desde su responsabilidad, por una trayectoria común en lo taurino, que duró doce temporadas.

Julio recuerda, que la unión con el torero era, además de profesional, muy cercana como si fueran familia. Entrenaban juntos en una huerta que era del padre de Rafael, situada entre lo hoy son, las avenidas de Gran Vía Parque y Medina Azahara.

Independientemente de alternar de forma continuada en esta cuadrilla , simultaneaba otras tardes con distintos diestros, siempre que tuviese fechas libres.

Los compañeros de cuadrilla, con los que más veces ha hecho el paseíllo son: Manuel Navarro Carmona Navarrito y José Armenta ambos de Sevilla y El Porrón, que era un buen picador. Por cierto que Navarrito una tarde, salió a hombros en Sevilla por la Puerta del Príncipe, aún siendo subalterno, por la colosal labor que realizó durante toda la tarde, a toros de Miura. También salieron de la misma guisa los matadores Palomo Linares, El Hencho y Ruiz Miguel. Tarde completa que recuerda con mucho cariño y nostalgia.

...”El Hencho, fue en su tiempo un gran torero, muy serio y responsable, toreando siempre con una verdad que apabullaba”…

 

 

PONS, JULIO, PALOMEQUE Y PEPE S. SACO

Con el diestro cordobés estuvo los doce años anteriormente citados, justamente hasta que montó una tienda de repuestos, pensando un tanto en el futuro más inmediato, ya estaba casado, tenía un hijo, en fin que decidió trabajar en algo estable, menos arriesgado y con menos viajes.

Aunque le han cogido mucho, percances serios sólo ha tenido tres, uno en Plasencia, que de un golpe fuerte con el lateral exterior del cuerno, me produjo un hematoma bastante doloroso y que tardó en desaparecer; otro en El Ejido (Almería) por culpa de la mucha arena que tenía el piso, y el tercero en un tentadero celebrado cerca de Utrera (Sevilla).

...” con El Hencho le he acompañado en tres corridas de Miura en la Maestranza sevillana, una en Algeciras, tarde en la que también actuó Miguelín, también he banderilleado varias de Murteira Grave, dos o tres de Baltasar Ibán etc. muchas duras y cuando empiezan a repetirse los toros grandes, el dinero en relación con tanta responsabilidad, casi siempre es chico”…

Julio sumó en su recorrido taurino, cuatrocientos festejos. La última corrida que banderilleó y lidió fue en el 71, también junto al maestro Florencio Casado.

 

 

 FRANCISCO BRAVO ANTIBÓN

 

JOSE LUIS CUEVAS

 Montaje y Editor

Escalera del Éxito 252