EL GENIO DE LAS PINCELADAS MORENAS, FALLECIÓ EN EL MAYO CORDOBÉS DE HACE NOVENTA AÑOS …

Merece resaltarse el hecho de que recientemente se haya procedido a restaurar la guitarra de Julio Romero, la cual realizó en su momento, el guitarrero Rafael Casana. Ha sido todo un acierto, poner en valor tal instrumento y que forme parte emblemática del acontecer singular del pintor. Porque la guitarra para el pintor, fue su musa, su bella y armoniosa acompañante a lo largo y ancho de su ajetreada existencia, la vemos en sus manos, en las de Juanillo el Chocolatero, en las de muchas modelos de sus pinturas… en fin un amuleto y una figura con forma insinuante y con unas cuerdas que sonaban a gloria…

 Un bello poema, recuerda su pasión por el flamenco y la guitarra:

Camino de la Fuenseca

allá va Julio Romero;

detrás marchan sus amigos

y delante sus anhelos.

Rumores de frases gratas;

pandilla de anchos sombreros;

como una mujer desnuda

va la guitarra con ellos…

Versos correspondientes a las primeras estrofas del Romance de Julio Romero, (Francisco Arévalo -1934). No era raro que Julio alternara con sus amigos y aficionados al cante flamenco, tomándose un medio en la taberna del Bolillo. Casi siempre acompañado del guitarrista cordobés Juanillo El Chocolatero. Y tampoco fue extraño que el propio pintor, se arrancara por soleares o quizás por alegrías… (Juanillo es el guitarrista que aparece en el lienzo titulado Andalucía), obra dedicada a la exaltación del flamenco. El cuadro es como un retablo, en el que el que se observa al pintor de pie; la mujer vestida de blanco en el centro, representa a Andalucía; a su izquierda, arrodillada, la cantaora Carmen Escacena –simbolizando la copla-, a su derecha La Cartulina –el baile- y detrás la figura que representa a la música: El Chocolatero. Al fondo se viven escenas de muerte, de amores, nuestro puente y la Calahorra. Pintó muchos óleos relacionados con el flamenco y sus expresiones. Nos dejó un tratado con sus pinceles del alma de los cantaores, cantaoras, bailaores y bailaoras, guitarras y guitarristas… armonizando sus dramáticos gestos y plasmándolos en los ojos y en la piel maltratada por noches sin sueño… Fue un valedor confeso del cante jondo, un apasionado.

A una pregunta que le hizo Camín, respecto a que le gustaba más después de la pintura, el genial pintor contestó:

…”El cante jondo… más que la misma pintura… Mis cuadros no son otra cosa que motivos del cante jondo…Un símbolo de cada copla.”…

 ANDALUCÍA

Una taberna, referente de su matrimonio con el flamenco y la tertulia, fue la del Bolillo. Estaba situada en la confluencia de las calles Juan Rufo e Imágenes, frente a la tahona de la familia Cárdenas, con accesos a las dos vías. Fue el dueño: Antonio Estévez Pérez, pero antes que él, la regentaba un personaje popular conocido por Aguilita. Los clientes del Bolillo, entre ocurrencias, flamenco y tertulias culturales, paladeaban el vino de la casa: el celebrado fino Calabaza.

 

 Con frecuencia visitaba el local, Julio Romero con su inseparable galgo Pacheco, acompañado del Chocolatero con su guitarra.

Uno de los tertulianos –entre los muchos amigos -, más ligado a los hermanos de Torres, fue Enrique Redel quien estudió en la Escuela de Bellas Artes, entonces dirigida por Romero Barros, circunstancia que propició tan cercana y amistosa vinculación. Compartió el escritor y poeta, travesuras juveniles, y la citada reunión en uno de los salones de la taberna del Bolillo.

Fue Julio sin duda un sumando de la cultura flamenca en general, junto a los hermanos Machado y Manuel de Falla. O lo que es lo mismo: la pintura, la poesía y la música, tres baluartes fundamentales hasta enlazar con Federico García Lorca, quien logró, en compañía de Falla, organizar en Granada, un festival de intérpretes flamencos, celebrado durante los días 13 y 14 de junio de 1922. Curiosamente, en este concurso sobresalió un niño de trece años, conocido en adelante por el sobrenombre de Manolo Caracol… Un año antes, Lorca había dado a conocer el Poema del Cante Jondo.

 

Plaza del Potro, posada del Potro y Museo de Julio Romero

El pintor de la plaza del Potro, además de ser un gran aficionado al cante, era un profundo conocedor de todos los palos y de su correcta interpretación; no en vano, recibió formación musical en el Conservatorio cordobés, y por si fuera poco, desde muy joven y de la mano de su hermano Rafael, acudió a reuniones donde el flamenco de altura solía ser el invitado especial.

 

Es un hecho y así consta en solventes biografías, que se presentó como intérprete del cante de las Minas de la Unión, a una informal convocatoria –sin oficializar por entonces -. Lo intentó pero no llegó a cuajar, quizás no fue el rumbo elegido el más acertado. Y tuvimos suerte … porque al no triunfar en esa su afición, se

volcó totalmente en la creación de irrepetibles obras, rindiendo en culto desde su paleta al cante y su entorno.

 

Julio Romero de Torres y el Cante Jondo, siguieron dos caminos, dos sendas enganchados a una sola máquina: EL ARTE… El pintor recreó en sus lienzos los brotes sublimes del flamenco y de la belleza femenina. Un binomio con tal fuerza expresado, que la historia le ha guardado un sitio preferente, en las páginas dedicadas a los pintores geniales.

Por estas fechas hay previstos varios homenajes a la figura de JULIO ROMERO DE TORRES, representante indiscutible de nuestra Córdoba en todo el mundo. A través de los medios de comunicación, se conocerán fechas y detalles de las muestras en su honor, cuyo motivo principal, ya se ha dicho, es la conmemoración del noventa aniversario de su fallecimiento. Con este fin, ya se abrió en mayo la serie de acontecimientos, con una exposición en pequeño formato, titulada: Diálogos con Julio Romero de Torres: Joaquín Sorolla.

 

Exposición gráfica en la Ribera, 

En adelante se sucederán distintos eventos, empezando por la exposición gráfica en la Ribera, que abre el portón a: Diálogo de Espaliú con Romero de Torres y la Presentación del fondo documental digitalizado. A partir de este interesante inicio estaremos atentos a nuevas citas culturales en homenaje al maestro Romero de Torres. Es una forma más de acentuar nuestra admiración, intentando de alguna forma devolverle toda la pasión y amor que el pintor sentía por su Córdoba.

 

COMITIVA ENTIERRO JULIO ROMERO

Falleció el 10 de mayo de 1930. Su cadáver quedó depositado en el Salón del Museo Provincial. Consta en las noticias de prensa de la época, que la gente acudió en masa a acompañarle en pasajes tan tristes. El entierro tuvo lugar el lunes 12 de mayo. En el cortejo figuraban todos los estamentos oficiales, una representación del rey Alfonso XIII, afiliados a la UGT, muchas de sus modelos, etc. hasta tal punto que acordaron cerrar los bares, comercios y casinos. A su paso por la plaza Cristo de los Faroles sonó la Reverie de Schumann. Fue la última pincelada en la vida de un autor prolífico y genial, que descansa en el Cementerio de San Rafael, al que llegó a hombros a través del antiguo Puentecito de San Rafael…

…Dime, dime puentecito,

puente de San Rafael

dime por que caminito

se lo han llevaíto

para no volver

¿ Dónde está Julio Romero ?

¿ Dónde está, por qué se fue?….

 Francisco Bravo Antibón

 Jose Luis Cuevas

Montaje y Editor

 Escalera del éxito 252

 

Algunas obras de Julio Romero de Torres