En la tarde de hoy, lluviosa, como es ya tradición en estas fechas septembrinas, se examinó el picador Othón Salinas Ortega –sobrino de Rafael Ortega-, su actuación fue regular, se le notó un poco nervioso, pero cumplió con los seis toros.

El triunfador de la tarde, indiscutiblemente fue el matador de Urianguiato, Israel Téllez, quien una vez más demostró sus grandes cualidades de artista nato, sentimiento hondo y pasión por los toros; su lote fue el mejor del encierro para su buena fortuna. Rafael Ortega, por su parte, nos dio pan con lo mismo: un muy buen tercio de banderillas y un profundo hastío, hasta nostalgia por verle torear como antaño; Jorge Delijorge falto de concentración y serenidad en su primero, más asentado en el segundo, pero le faltó sitio, requiere torear más.

Rafael Ortega (de blanco y oro), recibe a Chícharo loco, No. 134, 460 Kg., cárdeno oscuro, enmorrillado; con el capote lancea por verónicas y no más; el toro se escupe de la suerte con los caballos; el matador no puso banderillas; con la muleta estuvo mejor, el toro tiene casta, transmisión, pero no acomete con facilidad a la muleta; pese al viento y la lluvia, Ortega logra tres tandas por derechazos; falla con el estoque y mata hasta el séptimo intento; bronca del público. A Ortega le correspondió el 4º. de la tarde, Eternamente, No. 150, de 458 Kg., negro, bragado corrido, meano, sobaquera, acucharado; lo lancea por verónicas y el toro desparrama la vista desde el inicio, tampoco recarga bien en los caballos, se escupe de la suerte; al quite por navarras poco lucidoras; el matador pone banderillas se manera estupenda, un par en todo lo alto y dos más al violín; con la muleta el toro ya no respondió, se aplomó; al segundo intento deja media estocada tendida pero de efectos letales. Palmas leves del respetable.

Israel Téllez (de marfil y oro); recibe al segundo de la tarde, Para siempre, No. 149, de 530 Kg., negro, enmorrillado, bragado, meano; lo recibe con larga cambiada de rodillas, luego lancea por verónicas y remata con una hermosa rebolera; al caballo acometió muy bien el astado; al quite por chicuelinas, Téllez se luce; hace un muy buen tercio de banderillas que el público agradece; faena muy sentida, el torero muy sereno, por derechazos templados, logra hilvanarle varias tandas a Para siempre, antes de que se viniera abajo; poca transmisión del toro, pero mucha del torero; un estoconazo hasta la empuñadura, ligeramente tendido, acaban con el animal. Una oreja y ovación del respetable. El quinto de la tarde, el mejor, Amor eterno, No. 142, 484 Kg., negro zaino, sale con brío y es recibido con dos largas cambiadas de rodillas; el matador le hace muy buenas verónicas antes de que el toro diera una vuelta completa al hundir los cuernos en la arena, esto parece no afectarle y en los caballos recargó muy bien recibiendo un puyazo en buen sitio; al quite por caleserinas; luego invita a banderillear a Delijorge (quien sólo deja una banderilla), Téllez sale airoso de este tercio realizando la suerte con maestría; lo cita de rodillas y logra darle muy buenos pases por alto, cambia de mano y remata con el de pecho; otra tanda por derecha de muletazos templados, cadenciosos, seguida por otra más con pases en redondo al toro que entra con mucha suavidad, con bravura, metiendo bien la cabeza al engaño; tercera tanda: un trincherazo, lo cambia de terrenos con molinete de rodillas, una dosantina y por naturales el toro siguió entrando bien, Téllez se lo pasó muy cerca y pegado a tablas se lo pasó  por dentro en repetidas ocasiones; termina con tres manoletinas; con la espada pincha sin soltar y al segundo viaje deja una estocada entera. Una oreja y vuelta al ruedo.

Jorge Delijorge (de salmón y oro con cabos negros), recibe a Cómo fue, No. 127, de 461 Kg., cárdeno oscuro; es recibido de rodillas con larga cambiada; el toro arremete con fuerza a los caballos y desmonta sin consecuencias a César Morales; Delijorge hace un quite por chicuelinas antiguas y no pone banderillas, metiendo en aprietos a Fermín Quiroz, quien realiza de manera pésima la suerte; poca labor con la muleta, el toro es complicado y bravucón, por lo que el torero no pudo meterlo en vereda; al sexto intento despacha al toro con el descabello: bronca del público. Con el último de la tarde se vio más sereno, El amor más bonito, No. 159, de 532 Kg., negro, listón, alto, acucharado, meano y coletero. Lo recibe con larga cambiada de rodillas; luego logra hacerle tres verónicas, dos chicuelinas y remata por reboleras; Armando Ramírez Bam-bam realiza muy bien el tercio de banderillas; Delijorge más concentrado, logra hacerle tres tandas por derechazos, lo prueba por naturales pero el toro desarrolló sentido, regateando las embestidas; finaliza su labor muleteril con pases por alto y deja ¾ de estocada, desprendida. Silencio del respetable.

Señor juez, no se vale: regateó los avisos, el tiempo debe respetarse siempre de acuerdo al reglamento. Por el bien de la fiesta y por respeto a los aficionados.

 

Jánea Estrada Lazarín

  La Jornada Zacatecas