El Ganadero Adolfo Martín (Escalera del Éxito 140), abrió el Sábado día 21 las terceras Jornadas Taurinas que organiza la Asociación Taurina Villabilla Cañí, acompañado por Teófilo Sanz comentarista taurino de Canal Norte T.V , que presentó y moderó el acto.

Adolfo Martín, dio una clase magistral sobre el toro bravo, el toro que busca para su ganadería.

Habló de la historia de su ganadería, desde que la fundó su padre Adolfo Martín Andrés hasta estos tiempos tan complicados que estamos viviendo en la cabaña de bravo.

Resaltó una y mil veces el toro que él busca, diciendo que tiene que ser el que ofrezca al espectador y al aficionado una línea distinta, que tenga pureza en el primer tercio y una embestida enrazada, entregada y que humille en la muleta. Dijo que sus toros tienen importancia porque el bueno requiere mucha firmeza y técnica, y el malo pide oficio, valor y sobretodo saber jugar una partida difícil y complicada donde la tragedia está presente durante la lidia,

Adolfo Martín se declaró como un verdadero aficionando, al que le gusta una fiesta auténtica a la que todos los toreros donde todos los toreros no están capacitados para torear sus toros, ya que estos necesitan que quién se ponga delante tengan mucha técnica; es consciente de que la mayoría de los toreros no quieren ni ver sus toros, pero tiene muy claro el tipo d toro que está criando y por nada del mundo nadie lo puedo hacer cambiar.

Habló de Francia donde dijo que deberíamos mirarnos en el país vecino, de cómo hacen las cosas y cómo defienden la fiesta brava; ellos quieren el toro auténtico y no el medio toro.

En referencia al momento que está atravesando la fiesta en nuestro país, comentó que para tratar de enderezarla todos debemos poner de nuestra parte tanto ganaderos como toreros y aficionados. Así será la única forma de tratar de arreglar el mal momento que estamos atravesando.

Tampoco faltaron anécdotas vividas en su larga carrera como ganadero, volviendo a hacer inca pie en el toro que busca: el toro encastado, que humille, contemple, duro y que de espectáculo. Al toro que tiene que hacer muy bien las cosas, ya que si te equivocas no te perdona.

Fueron casi dos horas donde nadie quedó indiferente de lo que dijo, quedando encantados con Adolfo uno de los pocos ganaderos que cría el toro bravo para el aficionado, que  a la postre es el que paga y por lo tanto el que se tiene que emocionar en la plaza, cuando la fiesta es de verdad, con toros de verdad y con toreros dispuestos a jugarse la vida cada tarde.