Abrió plaza el mexicano Federico Pizarro que estuvo voluntarioso ante un toro serio y complicado. Firme y dispuesto, logró varios muletazos con ritmo y temple, dentro de un trasteo correcto y frio. Al final se colocó mejor Pizarro y así  nacieron varios naturales largos pero sin terminar de redondear ante la bronca embestida del toro. Ante el parado y soso cuarto,  volvió a mostrarse sobrio y sincero, en un trasteo voluntarioso.

El venezolano Alexander Guillén ligó varias series de merito al segundo de la tarde, con el que cumplió en una faena honesta aunque sin brillo. Las evidentes ganas del torero se estrellaron ante la poca colaboración del toro, bronco y con mal estilo. Con el quinto sin embargo Guillén perdió la oportunidad de redondear su tarde a pesar de abrirse de capa con evidente entrega en una emocionante tafallera  a portagayola. Bravo y con movilidad, el astado pedía firmeza y poder, para engancharlo por delante y llevarlo largo. El merideño sólo acertó a hacerlo en una ligada serie con la mano derecha. El resto de su labor no pasó de la corrección y la buena voluntad pero sin duda “se le escapó” el toro. Tras pinchazo, estocada contraria y dos descabellos el público guardó silencio aunque el torero salió al tercio a saludar sin que nadie se lo pidiera.

Cayó de pie Rubén Pinar que cortó dos orejas al tercero gracias a un palco presidencial generoso y alegre en el día del amor y la amistad. No resta la benevolencia de la presidencia méritos a la labor de Pinar, que inteligente, templado y con oficio sacó lo poco que tenia dentro el toro, al que llevó largo a base de buen colocación y toques precisos. No se acopló del todo por el lado izquierdo el diestro pero calentó el ambiente. La faena fue correcta y suave aunque faltó algo en el conjunto. La certera estocada del albaceteño contó mucho para el par de trofeos. Se fajó digno y valiente con el deslucido sexto, con el que se arrimó sin fruto pero dejando claro que de valor anda sobrado.

 

FICHA DE LA CORRIDA

 

Plaza de toros de Mérida, domingo 14 de febrero de 2010

Cuarta de feria. Media entrada.

Toros de Santa Fe, desiguales de presentación y de poco juego en líneas generales. Destacó el bravo y encastado quinto. Deslucidos primero, segundo y sexto. Noble y soso el tercero y parado el cuarto. Pesos: 435, 440, 465, 425, 430 y 450 kilos.

 

Federico Pizarro, de tabaco y oro (Palmas y palmas)

Alexander Guillén, de nazareno y oro (Silencio y silencio)

Rubén Pinar, de lila y oro (Dos orejas y silencio)

 

Destacó en la brega Fabián Ramírez y en banderillas Mauro David Pereira y Víctor Meléndez.

 

                                                                                                                                                             Crónica de Víctor Ramírez “Vitico”