Debutaba en su pueblo la ganadería local de Los Rodeos y no pudo hacerlo con mejor fortuna. Los cinco novillos del encierro sirvieron, fueron bravos nobles y entraban al engaño humillando. Al segundo y al cuarto se les premió con la vuelta al ruedo. Un éxito del que nos alegramos sobremanera porque la cabaña de bravo no está, precisamente, sobrada de ejemplares con raza y casta. Al final del festejo acompañando a los triunfadores, salieron en hombros el mayoral y el responsable de
En el capítulo torerista, otro éxito, esta vez compartido por todos los actuantes. De no haber sido por la espada todos hubieran abandonado el coso a hombros.
Abría cartel la joven rejoneadora colombiana Yolanda Morales que dejó constancia de sus carencias y bisoñez. La chica quiso hacerlo todo y aunque le salió embarullado, demostró su voluntad y entrega. El público le reconoció su afán por agradar y la premió con aplausos al doblar el animal.
En lidia de a pie Canales Rivera cuajó una faena completísima ante un novillo, al que incluso le pidieron el indulto, muy bravo y al que el torero gaditano le formó un lío gordo. Sobrado y con oficio, demostró que merece estar en otro lugar en el escalafón. Recetó una estocada sin puntilla y cortó los máximos trofeos. Al novillo se le dio la vuelta al ruedo.
También consiguió los máximos trofeos, pero de menos calibre el premio,
Sergio Sanz, muy técnico y pulcro en su labor, doblegó a un novillo que al salir del pase daba un derrote. Fue el novillo que necesitó más sabiduría y experiencia para sacarle provecho y Sergio fue capaz. Necesitó de varias agresiones con el estoque y de ahí solo el premio de una fuerte ovación.
Cerraba
Casi tres cuartos de plaza se cubrieron de la plaza, en una tarde veraniega pero agradable de temperatura.-
Crónica de Ladislao Rodríguez Galán
Periodista