Los toros de Montalvo por su flojedad arruinaron el festejo. Confirmación de alternativa del sevillano Esaú Fernández. Destacó la ortodoxia torera de Uceda Leal y su clasicismo estoqueador.

 

La Monumental madrileña presentó casi lleno, pues la terna de espadas José Ignacio Uceda Leal, David Mora y la confirmación de alternativa de Esaú Fernández tenía su atractivo.

 

Al final de paseíllo se guardó un minuto de silencio por el ganadero Salvador García Cebada recientemente fallecido.

 

Los toros de la ganadería salmantina de Montalvo, actual encaste Domecq Díez, por su falta de fuerza, doblando las manos y derrumbándose  fallaron para la lidia llegaron al último tercio cortos de embestida rajándose. El segundo fue devuelto al corral y en su lugar salió un sobrero de Yerbabuena, encaste Domecq y Carlos Núñez que no mejoró el juego del que habían retirado los cabestros de Florito.

 

 

El sevillano de Camas Esaú Fernández que confirmó la alternativa con «Mabruvo», marcado con el número 62, negro bragado y 607 kilos de peso. Definido y valiente recibió al astado a porta gayola, de rodillas, con una larga cambiada. Continuó con decisión por buenas verónicas, el toro al salir de la primera vara sufrió una costalada quedando resentido y doblándose de manos. Con la muleta lo citó de lejos sacando el pase por la espalda y ya el toro quedó en nada, la media embestida del toro y los intentos del diestro con citas perfileras y con el pico de la muleta hasta que se decidió a despenarlo con el brazo suelto de media estocada un intento fallido de descabello y el toro se acostó. Al sexto también lo recibió a porta gayola y lo veroniqueó con buen estilo. Al toro no le pegaron en varas, por ello dió juego. Flojo, doblándose de manos ante la muleta todo quedó en porfía hasta que dobló de una estocada.

 

José Ignacio Uceda Leal es un ejemplo de buen torear, tiene clase, temple y finura de formas, le faltó toro y el compromiso no pudo llegar a más. Con el estoque dejó ver su máxima categoría de estoqueador con arreglo a los cánones clásicos, perfilado en el centro de la suerte y yéndose detrás de la espada con rectitud jugando la muleta al pitón izquierdo para que humille el toro y descubra la muerte, a la vez que le marca la salida. Todo un ejemplo para la actual torería que se perfilan al filo del pitón o fuera de la suerte y atacan con el brazo suelto yéndose a fuera. Al arrastrarse el toro saludó desde el tercio. El cuarto salió con buen tranco pero pronto se le acabó y embistió a la muleta echando la cara arriba, haciendo imposible una faena destacada. Lo lidió con precisión para despenarlo de mediamestocadamy descabello ¡Otra vez será!

 

David Mora que se muestra decidido con su clase torera aunque debe cruzarse más y presentar la muleta adelantada y planchada en vez de citar con el pico, entonces su toreo alcanzará altura y más categoría. Al saludar al tercero, bordó el toreo por verónicas, se lució en chicuelinas galleando para colocar al toro en suerte ante el caballo. Un toro flojo de remos que se quedó corto de arrancada y comenzó a derrotar. Se dobló de manos y se acostó, ya no hubo nada más que hacer que pasaportarlo. Lo logró de un pinchazo, pinchazo hondo y estocada. El quinto se quitó la vara de encima y sufrió una voltereta. El diestro porfió pero no encontró respuesta en el astado que dobló  de una estocada ladeada.

 

Este trío de espadas mereció otros oponentes que sustanciasen las buenas condiciones toreras que poseen. Y tampoco el público y los aficionados merecían aguantar tales cornúpetas.

 

 

 

 

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103