Existe una cuarta de aficionados que no dan la espalda a la fiesta en la plaza de Madrid, que sucesivamente presenta mas de tres cuartas partes del aforo llenas. Las condiciones negativas de los toros restan toda brillantez al toreo, que representa un balance decepcionante de los festejos.

 

En la festividad de san Isidro se lidiaron seis toros de la divisa manchega de «El Ventorrillo», encaste Domecq Diez. Pelearon desigualmente en varas y ante la muleta llegaron molestos de embestida o rajados que dieron al traste con la suerte del festejo.

 

Julio Aparicio estuvo ausente con el capote y desconfiado con la muleta. Su terrible cornada en este mismo ruedo la pasada temporada le ha dejado una huella profunda. Al matar tras varias entradas con el estoque, descabelló y el público no le disculpó su actuación. El cuarto derribó en la primera vara y se dejó pegar en la segunda.  Tras cuatro muletazos a matar y lo logró de un pinchazo, media estocada perpendicular y un descabello. Pitos.

 

 

Curro Díaz torero hecho y con buen son, se las entendió con el segundo que siguiendo a buen capote se estrelló contra un burladero. Llegó al último tercio  corto de arrancada y con malas intenciones. Lo porgió y como no había mas que  hacer lo dejó a merced de las mulillas de pinchazo y una estocada baja.

 

Pitos al toro. El quinto manso se salió suelto en varas. Reservón en banderillas, ante la muleta se quedó corto y derrotando yéndose del diestro comprometido. Con media arrancada no dio oportunidad de lucimiento y lo despachó de una estocada sin puntilla.

 

Eduardo Gallo que sustituyó al anunciado Ángel Teruel, resentido de una gravísima cornada en la cara. Se lució por verónicas al saludar al tercero. El toro se arrancó de lejos al caballo pero se empleó poco en la pelea en varas. Se le veía animado muleta en mano, pero un derrote en la cara y otro al siguiente muletazo, le obligó a acortarla faena y lo despachó de un pinchazo y una estocada ladeada entrando con el brazo suelto. Saludó desde el tercio. El sexto mansurroneó en varas, en banderillas hizo centro en los rehileteros y ante la muleta se quedó corto de arrancada y derrotó. El diestro salió del compromiso de una estocada con el brazo suelto, sonó un aviso y acabó con el descabello.

 

Así terminó el festejo del día del patrón de Madrid, una decepción.

 

 

 

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103