En una tarde muy fría en la que el sol dejó verse unos instantes y con lluvia casi al término de la corrida y ante muy pobre entrada, se lidiaron siete toros de la ganadería de Santa María de Xalpa, bien presentados y muy buenos en términos generales. Fabián Barba, de marino y oro, división de opiniones, al tercio y dos orejas en el de regalo. Miguel Ortas «Miguelete», de bugambilia y oro, pitos y división de opiniones. Jesús Martínez «Morenito de Aranda», lila con pasamanería en plata y remaches en azabache, una oreja y saludó en el tercio. Los banderilleros Adolfo Sánchez y Gustavo Campos, saludaron al tercio, en el 3o. y 4o. de la tarde, respectivamente. Los ganaderos Benigno L. Pérez Lizaur y Miguel Balladares García dieron vuelta al ruedo al final del festejo, en compañía del hidrocálido Fabián Barba.
 
Fabián Barba abrió el festejo con «Minito», número 186, de 468 kilos de peso, negro listón y serio de pitones. Ovacionado desde su salida, la cual fue en recto. Recibió a la verónica y en los quites se vio variado dejando ver navarras muy ajustadas. Inició su faena con dos péndulos, continuó por derechazos y un cambiado por la espalda, para proseguir con dos tandas de naturales. El toro se le frenaba por izquierda desde que inició el toreo de capa, sin embargo, dándole su debido tiempo y distancia, logró muletazos de calidad por ambos lados aunque poca trasmisión a los tendidos. Terminó por manoletinas, en las cuales fue dos veces alcanzado por el toro sin percances que lamentar evitándose lo que pudo ser una cornada en el vientre. Pinchazo y estocada, división de opiniones para el aguascalentense y ovación al toro en el arrastre.

Con el cuarto de la tarde, de nombre «Buena Mano», reseñado con el número 228 y con un peso de 481 kg., negro bragado, recibió de rodillas con una afarolada en tablas y de pie toreó a la verónica. Ceñidas gaoneras al centro del ruedo, en un palmo de terreno. El subalterno Gustavo Campos saludó al tercio tras una gran labor en banderillas, tal y como ya lo había hecho el domingo pasado. Fabián Barba aprovechó la clase de «Buena Mano» dando cuatro estatuarios y derechazs llenos de temple y largueza en la primera tanda. En la segunda serie ahogó un poco al toro al no darle la distancia suficiente, pero corrigió en la tercera toreando con buen pulso y tiempo, a media altura. Prosiguió con buenos naturales y el toro mostró la misma actitud del primero, quedándose a la mitad del pase. Dos pinchazos en lo alto perdiendo dos orejas que había asegurado con la faena, saludó al tercio y aplausos al astado durante el arrastre.
 
Regaló un séptimo, «Mezquitero», número 213 con 510 kg. de peso, jabonero y cornidelantero pero un poco más cómodo de cornamenta que los anteriores, un toro que los apoderados sacaron del sorteo y dejaron de primera reserva, el mejor del encierro y que el público esperaba ver ya que es una pinta poco vista en los cosos mexicanos. Fabián recibió a porta gayola, y de pie capoteó a gusto por mandiles. Con notorio gusto llevó a «Mezquitero» al caballo con chicuelinas andantes y deleitó después por chicuelinas. Se despitorró tras haber sido picado al seguir un capote que se dejaba ver en el burladero de matadores y estrellándose contra este. No obstante, permitió a Barba darle muletazos de hinojos de las tablas a los medios. Un toro con mucha clase, nobleza y fijeza que permitió al hidrocálido correrle la mano por derecha con gran emotividad. Por naturales se frenaba un poco, pero al final entró con aplomo a la muleta de Fabián. La estocada al volapié que le valió dos orejas tras una fuerte petición del público. El juez Ricardo Balderas sólo le concedió una bien merecida y luego de la insistencia del respetable le dio la segunda, siendo así el triunfador del festejo. El toro recibió arrastre lento.

Miguel Ortas «Miguelete» recibió con una larga de rodillas a «Bienvenido», número 206 con un peso de 482 kg., negro bragado cornidelantero, trató de cuajarlo a la verónca pero el de Santa María de Xalpa le rompió el capote por mitad. Luego, lo llevó al caballo por chicuelinas antiguas y dio buens quites por navarras y tafalleras. Logró buenos momentos por derecha durante la faena, pero no pudo concretar con la espada. El toro cayó al tercer pinchazo hondo y recibió palmas en el arrastre. «Miguelete» escuchó pitos.

Con el quinto de la tarde, de nombre «Costurero», número 229 con pesaje de 500 kg., negro entrepelado, enmorrillado y no tan fijo como el resto del encierro, recibió por verónicas y después de dos puyazos, quites de «Morenito de Aranda» por verónicas. No respondió al de Burgos y tomó la muleta brindando a su papá, el matador de toros en el retiro Miguel Ortas padre. Dejó ver que es un torero con pocos festejos al no lograr meter en faena al astado. Estocada que le mereció las palmas de un pequeño sector del escaso público y otra rechifla del resto. Palmas al toro en el arrastre.
 
«Morenito de Aranda» recibió por verónicas a «Cocinero», número 212 de 458 kilos de peso, negro bragado entrepelado con mucha fijeza. El banderillero Adolfo Sánchez se saludó al el tercio. Con la muleta, se empleó por ambos lados con poca continuidad y por lo tanto sin lograr proyectar en los tendidos. Mató con una estocada en todo lo alto para cortar la primera oreja del festejo, que fue protestada por un segmento de aficionados. El burel recibió arrastre lento por su clase, calidad y recorrido.
 
El segundo de su lote fue «Querido», número 174 y un peso de 478 kilos, mulato girón salpicado, al que recibió por templadas verónicas. Un emotivo brindis a su mozo de espadas. Durante su labor muleteril, el toro se mostró un tanto distraído, inició por derecha toreando por alto, aguantando y muy valiente. Prosiguió con naturales a media altura despertando los «óles» en el tendido. Falló con el acero y fue ovacionado en los tercios. El toro fue aplaudido durante el arrastre.

Sin lugar a dudas una corrida con un magnífico encierro de Santa María de Xalpa para iniciar el año, esperemos que no sólo en esta temporada sino también en todas las plazas de la República vengan toros de esta calidad en este año en que celebramos el Bicentenario de nuestra Independencia, acto que nos dejó como legado la fiesta de los toros. Para la próxima semana, la Empresa de la Plaza de Toros México anunció el regreso del maestro francés Sebastián Castella a esta plaza y su presentación en esta temporada, junto al tlaxcalteca Rafael Ortega y un espada más por designar, con astados de Teófilo Gómez. ¡Qué Dios reparta suerte para todos y tengan un próspero año nuevo!

 

 

 

Desde México D.F.

Crónica de Paulina Romero