Existen datos que atestiguan que en la Plaza Grande de Zafra, improvisada como coso, se celebraron festejos taurinos en el siglo XVI. Se sabe que en dicha Plaza, con ocasión de la Jura de la Constitución por Fernando VII en 1820, se celebraron tres corridas de toros durante los días 30 y 31 de agosto y 1 de septiembre.

 

En el año 1834 la población pacense de Zafra se vio azotada por una epidemia de cólera. El Ayuntamiento, tratando de paliar en lo posible tan terrible enfermedad y facilitar medios de subsistencia a la clase obrera en paro, dispuso la construcción en dicho año de una plaza de toros a extramuros de la ciudad, al sur de la población, en el lugar conocido por Royo o Mo­lino de Vientos.

 

En ese año de 1834 se construye todo el muro exterior; al siguiente se inician las obras de la contrabarrera y gradas de madera, y en esas circunstancias comienzan a celebrarse los prime­ros espectáculos, siendo así que el 26 de septiembre de 1836 se celebra una corrida de toros con reses de Gaviria con las que toma la alternativa Manuel Domínguez, "Desperdicios", de manos de Gaspar Díaz, "Lavi".

 

Será en 1842 cuando varios vecinos proponen al Ayuntamiento concluir las obras de la plaza, emitiéndose para ello 80 acciones de las que sólo se cubrieron 76 por valor de 1.300 reales cada una, adquiriendo el derecho de propiedad a los 76 palcos de que consta el coso, sorteados entre los accionistas.

 

Fabricada de piedra, ladrillo y cal, consta de dos pisos, y es capaz de albergar a unos 5000 espectadores. Fue inaugurada el18 de agosto de 1844 con toros de Romero Valmaseda, li­diados y estoqueados por el diestro Juan Blanco.

 

 

A los cuatro meses de su inauguración, en la noche del 30 al 31 de diciembre de 1844, hundió se un lienzo del muro exterior, viniéndose al suelo 14 palcos. Cuatro años se tarda­rían en reparar los desperfectos reanudándose los festejos interrumpidamente hasta el año1852.

 

En 1854 se anuncian tres corridas de toros a celebrar los días 28, 29 y 30 de agosto, en las que actuaría como único espada Manuel Domínguez, "desperdicios", corridas que hubie­ron de suspenderse por aparecer de nuevo un ataque de cólera que invadió la ciudad, no ce­lebrándose festejo alguno durante los años 1855 y 1856. En 1857 se reanuda la actividad taurina.

 

Aparte la alternativa concedida a Manuel Domínguez, "Desperdicios" en 1836, el coso de Zafra ha sido testigo de otros dos doctorados; el de Manuel Campuzano que le otorgara el 9 de abril de 1994 su hermano José Antonio en presencia de su otro hermano Tomás, y el que concediera el 5 de abril de 1995 Enrique Ponce a Antonio Muñoz, al cederle a "Siro­queño", de Torrealta, en presencia de Jesulín de Ubrique.

 

Reportaje fotográfico propiedad del autor, por cortesía de don Francisco Gilarranz Gil.