En su columna del Diario el Mundo escribió el sábado 29 de junio:

Premio Baltasar Ibán

En una charla de aficionados a los toros con Rafael de Paula le preguntaba uno de ellos especialmente entusiasmado ante la presencia del torero. «Maestro ¿es verdad que cuando se esta a gusto con el toro, cuando se esta metido en faena, se siente algo tan profundo que se habla con el?». Y Paula sin inmutarse le respondió: «Hombre, solo si te saca la conversación». Contaba esta anécdota esta semana a la hora de recoger el premio de periodismo Baltasar Ibán que me concedía la fundación Wellington sin otro merito que no sea contar las cosas que pasan y que interesan a la gente y no hacerlo en un rincón especializado sino en programas de información general en horas de máxima audiencia o en esta misma columna.

El mundo de los toros interesa a la gente. Podemos discutir lo que queramos pero lo que es indiscutible es que es una parte de la realidad española. Por eso soy un firme defensor de nuestra fiesta, por todo lo que significa. El cuéntame de nuestra vida va también unido a toros y toreros. A la gloria, a la popularidad, a la tragedia y a la muerte. Y eso me ha hecho ser defensor de la libertad, del arte, de la liturgia, de la magia que supone sentarte en cualquier plaza del mundo para con admiración y adrenalina esperar el triunfo de un torero. Disfrutar de su éxito y respetarle siempre, especialmente en esas tardes cuando las cosas no salen como quiere el matador. Toreros como Enrique Ponce, EI Juli o Joselito me han impresionado por su concepto de la vida, del respeto a su profesión, de la intensidad con la que viven cada segundo frente al toro recordando hasta el mas mínimo detalle. Viven para su mundo que les hace diferentes porque su profesión es diferente. Cuando se visten de luces su trabajo es un arte donde la verdad resplandece por encima de todo.

El premio Baltasar Ibán, que agradezco con el entusiasmo del que acaba de llegar, no hará que sepa hacer una crónica como la del insuperable Vicente Zabala en EL MUNDO. No lo pretendo. Pero al menos me sumo en publico a los que apuestan por lo genuinamente nuestro.

Fotografías: Dolores de Lara