¿Recuerda aquella tarde maestro?

 

Claro que tengo un bonito recuerdo porque fue una tarde apoteósica. Fue una corrida de Ana Romero y toreé con Juan Antonio Esplá y Víctor Mendes. En mi segundo toro me fui a la puerta de chiqueros a recibirlo a portagayola, y mi apoderado y la gente de mi cuadrilla me decían: ¿Pero aquí también Vicente?

Para mí todos los públicos que pagan son importantes, ya sean plazas de primera, de segunda o de tercera, y siempre que toreo lo hago con el corazón por delante. En esta ocasión yo corté las dos orejas y el rabo y salimos los tres a hombros en una tarde muy exitosa y el recuerdo es maravilloso.

¿Cuál es mi alegría y mi sorpresa?,  pues que se dijo que el triunfador repetiría y nunca repetí porque se cerró la plaza, y espero que a la inauguración y con el favor de Dios, con la ciencia y el doctor Cavadas pueda volver a vestirme de torero en Villena.

 

Es cierto, la tradición de nuestra plaza era que el triunfador podía repetir al año siguiente. En tal caso le debemos una…

 

Ojalá pudiera ser aunque sólo fuera una, porque uno es torero siempre pero sentir lo que el torero siente al vestirse de luces es algo diferente que cuesta explicar.

 

Mil veces le han preguntado cosas sobre aquel cartel de Pozoblanco, ¿hay algo más que leyenda?

 

Bueno, creo que uno ya está en la historia y por estar en la historia luego entra en la leyenda. Es verdad que este cartel quedará en la leyenda de la tauromaquia por los siglos de los siglos.

Afortunadamente o desgraciadamente para mí –nunca se sabe-, cayeron dos puntales importantes. Uno era el maestro Francisco Rivera Paquirri, y para mí fue muy impactante su muerte. Como la de cualquier ser humano…, pero desde aquel día veo la vida y la muerte desde otra perspectiva.

Aquella tarde iba como cualquier tarde hasta el tercero. Había un toro que no gustaba en el sorteo y le tocó a Paquirri, gracias a Dios para mí y desgraciadamente para el maestro. Yo creo que fue un accidente porque tenía unas facultades portentosas y unos tremendos conocimientos. Son las cosas que pasan en la fiesta y por eso se debe valorar como se valora y tiene el respeto y el interés que tiene. Por eso es preciso que pasen estas cosas. Es duro decirlo pero así es.

La muerte del Yiyo ya fue la repera. Habíamos pasado juntos en América ese invierno del 84. José era un hombre extraordinario, de unas facultades humanas tremendas y unas grandes cualidades taurinas que lo auguraban –ya lo era- como una figura del toreo. Me comentaba como caso anecdótico: Mira Vicente, si le ha pasado esto al maestro qué nos puede pasar a nosotros.

Yo le decía, serán cosas de la providencia o de la vida, pero le ha toca a él y ya está. Luego no pasó un año y cayó él. Después llegó mi lesión de la rodilla, también provocada por un toro, y llevo dieciséis años luchando, con treinta operaciones y queriendo torear otra vez. Gracias a Dios he caído en las manos de un doctor que científicamente está considerado como uno de los mejores y creo que con las ganas que tengo de curarme más la sabiduría de don Pedro Cavadas y todo su equipo, con una manita que me echara la Virgen de los Desamparados, yo creo que culminará con éxito la próxima operación que tengo a la vista.

 

¿Alguna vez ha soñado que estaba toreando mientras dormía?

 

Mira, me pasa muchas veces. Precisamente anoche tuve un sueño precioso mientras estaba en un curso de retiro espiritual que hago todos años. Comencé soñando principalmente con mi familia, mi esposa, mis hijos y también con gente muy querida del mundo del toro. El sueño era fantástico y desgraciadamente me desperté a las tres de la mañana con un sobresalto porque tenía que ir al baño. Le pedí a Dios que me permitiera seguir con el sueño y lo que pasó es que me puse a soñar con el cartel de Francisco Rivera Paquirri, Luis Francisco Esplá y El Soro, y hasta el amanecer -que fue a las siete menos cuarto- estuve toreando. Así que pasé media noche con mi mujer y con mis hijos, y la otra media en la tauromaquia.

Todas las noches tengo una oración para mis compañeros que ya no están en la fiesta por haber dejado la vida generosamente por el toreo.

 

¿Cómo ve usted el actual panorama del toreo en cuanto a los matadores?

 

Estamos en un momento álgido del toreo. Hay toreros importantísimos que a un nivel altísimo como Manzanares, por citar a uno de esta tierra y que además nos ha invitado a su boda del día 6 de noviembre, tanto a mi representante y amigo Vicente Puchol, como a mí.

Tenemos a un Juli que se sale, a Morante de la Puebla que es la tauromaquia hecha persona, el catedrático Enrique Ponce ante quien hay que quitarse el sombrero, José Tomás que ha aportado a la fiesta un tremendo valor y hay poco que se los pasen tan cerca, también están los hermanos Rivera Ordóñez –Francisco y Cayetano- y quiero destacarlos primeramente por la pérdida de su padre, porque los he visto crecer desde muy chiquitos y cuando los veo me acuerdo de Paquirri, que era mi amigo. Es una bendición de Dios que ambos sean figuras del toreo.

Otros que no quiero olvidar son Miguel Ángel Perera, Talavante, Rubén Pinar… y otros en un segundo orden que vienen pidiendo paso como Rafaelillo que es todo corazón o Francisco José Palazón que viene de triunfar en Castellón. Que me perdonen todos los demás, sobre todo los que están ahí luchando muchísimo para abrirse un hueco en esta difícil profesión. No quisiera destacar a ninguno porque todos necesitamos de todos y uno sólo no llena la plaza.

Mención aparte para Vicente Barrera que al año que viene tiene prevista una despedida muy reconocida por todos los buenos aficionados y profesionales.

En definitiva, agradecer el esfuerzo de todos cada tarde, tratando de hacer las cosas bien porque eso es santificarse en el trabajo y hacer apostolado para atraer gente a las plazas de toros y que se hable de nuestra fiesta.

 

¿Qué opinión le merece la ILP Antitaurina de Cataluña?

 

Creo que es un tema muy particular de la ciudad de Barcelona, porque me consta que en Cataluña hay una afición desmedida. Desgraciadamente es una cuestión política de unos pocos que se han refugiado en esta posición antitaurina y se han aprovechado de unos pocos políticos con cierto interés por acabar con la fiesta.

Por el momento, parece ser que el ministro Rubalcaba se ha dado cuenta que el apoyo a la fiesta tiene que comenzar desde el Ministerio de Cultura, y debe ser necesario, generoso y rápido, con una protección máxima. Hay que protegerla y blindarla por el bien de nuestra sociedad, de nuestros pueblos y de nuestra cultura.

Mientras en ciertos sectores de esta única ciudad nos atacan, en Francia, Portugal, México, Perú, Ecuador, Venezuela… la fiesta se cuida y se idolatra.

No sé por qué hemos tenido la desgracia de estos políticos que han querido ofender al ciudadano medio español.

Soy de los de Prohibido Prohibir y favorable al consenso que está habiendo entre toreros y ganaderos para proteger la fiesta con audacia, con cariño y con esmero. Además lo vamos a hacer con respeto, que al mismo tiempo es lo que les pido a los antitaurinos, respeto para con los aficionados. No se puede prohibir ciertas cosas porque –por ejemplo- no se puede prohibir la caza del conejo o del pichón por respeto a los cazadores que la practican.

Al contrario, deberíamos mostrarles la grandeza de la fiesta y enseñársela, porque muchas veces son desconocedores de la misma.

Todo lo que está pasando, al final será para bien.

 

Y con buenas perspectivas de futuro, como hoy en Alicante donde veremos a toreros noveles, ¿qué consejo fundamental da usted a quienes comienzan?

 

Esto es muy importante. Ahora nos estamos dando cuenta de que hay que echar mano de la cantera porque anima a los toreros e interesa a la afición. Me recuerda mucho a cuando yo comencé. Mi pueblo buscaba un torero y en toda Valencia había sequía de toreros, no porque no los hubiese sino porque faltaba el tirón del gancho popular.

Así en la huerta apareció un chico, hijo de un labrador que había sido novillero y torero cómico –Pedrito Ruiz, mi padre en paz descanse-, con nueve hermanos. Dos de mis hermanos lo intentaron y yo que era el que menos condiciones reunía llegué a ser figura, lo que demuestra que el que quiere puede. Y este es mi consejo.

Aquí nadie puede juzgar a nadie, porque yo no tenía ni condiciones físicas ni ortodoxia, pero a base de trabajo y de una afición desmedida llegué a ser lo que soy, a torear por todo el mundo, a dejar huella y a aportar algo a la fiesta. Con el favor de Dios tuve el talento para crear dos pares de banderillas: Uno es el par del remolino y otro el de la moviola, que en la actualidad los interpreta El Fandi espectacularmente. Cuando lo veo me emociono mucho.

A los muchachos les diría que la escuela se va haciendo aprendiendo –no copiando- de los maestros, que la afición y el sacrificio debe ser desmedida, que se sepan rodear de buena gente, que sean humildes y que siempre tengan presente una oración.

 

Si se le apareciese el genio de la lámpara maravillosa y le concediese un solo deseo, ¿qué le pediría?

 

Le pediría tres –discúlpame- porque con uno me quedaría corto. Uno sería que la operación salga bien y pudiera volver a los ruedos, segundo poder estar con toda la gente con la que no puedo estar porque están lejos o han fallecido y tercero que el mundo fuera mejor, más solidario y más humano, que no estuviéramos siempre pensando en el dinero.

Pero ser torero sería la primera y principal.

 

Puede finalizar como prefiera, maestro.

 

Nunca me gusta acabar, me gusta empezar y perseverar.

Quiero mandar un fuerte abrazo a Villena y desear que este periódico llegue a todos los aficionados, que tengáis una buena inauguración a la que me encantaría asistir como torero y si no puede ser lo haré como comentarista o como aficionado, pero estaré.

También quiero aprovechar para invitar a todos los aficionados a las jornadas taurinas que se celebrarán en Foyos durante la última semana de noviembre cuando tendremos una exposición de pintura, charlas y la presencia de matadores como Julio Aparicio, Litri y Pedrés.

Que Dios nos bendiga a todos.

 

Le agradezco en el alma que un maestro y figura del toreo como usted haya tenido la amabilidad de concederme esta entrevista, que sin duda será del agrado de tantos y tantos partidarios suyos.