La corrida de Ernesto Gutiérrez, bien presentada y brava, dio buen juego en líneas generales, aunque no fue todo lo bien toreada que se hubiese querido, sobre todo por parte de los dos diestros con mayor oficio y recorrido del cartel, que se limitaron a cumplir con oficio.

Antonio Barrera no las tuvo todas consigo con el bravo toro que abrió corrida, que tras derribar en varas, volteó y lesionó seriamente en el tercio de banderillas a Mauro Pereira. El español, siempre embarullado y sin sitio, no acertó ni con la táctica ni con los recursos para acoplarse a un toro que fue complicándose a medida que avanzaba la deslavazada faena. El toro que se quedaba por debajo y hacia hilo, puso en apuros al diestro que lo toreó voluntarioso pero sin brillo. Falló con la espada y escuchó palmas. Ante el cuarto, un toro bravo que acudía con prontitud a los cites, Barrera se empleó afanoso, con buenos muletazos sobre todo por el pitón derecho, enganchando por delante y bajando la mano. Se le perdió la brújula en varios momentos en los que se mostró desordenado en el planteamiento y embarullado en los procedimientos, aunque eso sí, valiente, toreando ceñido y con entrega. Sin embargo el toro estuvo por encima del torero, que cortó una generosa oreja. Al bravo “Quiteño” se le premió con la vuelta al ruedo.

Cuatro orejas y un rabo fue el “récord” de David Fandila “El Fandi” que desde que se abrió de capa se metió al alegre público en el bolsillo. En su primero, banderilleó con emoción y esta vez cuadrando en la cara pues por lo general su espectacularidad tapa la realidad que siempre clava a toro pasado. Destacó entre todos los pares, el cuarto, de poder a poder. Se dobló poderoso El Fandi para abrir el trasteo y a continuación dio fiesta al noble toro, con una faena alegre, variada, toreando siempre en línea, sin apreturas pero vistoso. Destacaron los pases de pechos del granadino, largos y buenos. Tras estocada baja ya se desató la regalía con dos orejas.

Ante el noble y parado quinto, volvió a destacar El Fandi en banderillas, tercio en el que enloqueció al público. El español de nuevo tiró de oficio en una faena llena de pases en línea, tocando por fuera y pasándose al toro a una prudente distancia. Se tomó sus ventajas el torero, que aprovechó a su manera al noble astado, en una labor llena de muletazos y desplantes, entre los que destacó algún natural, largo y de mano baja, pero por sobre el toreo bueno primó la espectacularidad y la cantidad. Eso no resta méritos al diestro que le dio al público lo que quería y eso es respetable. Tras una estocada baja, se desató la euforia del colectivo, a la que se sumó el presidente que concedió rápidamente y sin pensarlo mucho los máximos trofeos. Por algo en el toreo, hay triunfos menores por mucho que se corte todo lo que haya que cortar.

Rafael Orellana afrontó la lidia del tercero, con entrega, disposición y cierta presión. Lanceó muy bien a pies juntos y banderilleó con voluntad pero embarullado, saliendo de las suertes atravesado y sin clavar bien, salvo el tercer par. Orellana se empleó en una labor larga, con altibajos pero que contó también con buenos muletazos, sobre todo con la mano izquierda. Falló con la espada y perdió por lo menos un trofeo. Excelentes las verónicas de Orellana al bajo y bravo sexto, que fue mal picado y se pegó una vuelta de campana que lo mermó mucho. Con este noble ejemplar, Rafael Orellana estuvo serio, centrado, toreando con temple, ligazón y verdad al natural, cuajando hondos y largos derechazos, en los que tocó bien, embarcó preciso y remató perfecto, girando la muñeca para dejar la muleta puesta por delante y ligar el toreo. Tras varias series de gran torería, naturalidad y hondura se dio al toreo alegre, pero lo bueno ya estaba hecho. El borrón grande vino en tres pinchazos, pero lo importante es que Tovar sigue teniendo un torero.

 

FICHA DE LA CORRIDA

Plaza de toros de Mérida. Lunes 7 de marzo.

Quinta corrida de feria. Lleno en tarde lluviosa y fría.

Toros de Ernesto Gutiérrez, bien presentados y de buen juego en líneas generales. Bravo y complicado el primero, noble el segundo, soso y noble el tercero, bravo y encastado el cuarto “Quiteño”, número 55, premiado con la vuelta al ruedo, parado y noble el quinto, bravo y noble el sexto.

Pesos: 480, 435, 480, 436, 495 y 425 kilos.

 

Antonio Barrera, de azul pavo y oro (Palmas y oreja)

 

David Fandila “El Fandi”, de azul marino y oro (Dos orejas y dos orejas y rabo). Salió a hombros.

 

Rafael Orellana, de negro y oro (Silencio y palmas).

 

Incidencias: El banderillero Mauro Pereira fue volteado en el tercio de banderillas del primero de la tarde sufriendo según parte facultativo del doctor Luciano Marrone “ sub luxación externa clavicular izquierda y fractura intertrocanterica  del fémur derecho polifragmentaria”.Destacaron en la brega Gerson Guerrero y Fabián Ramírez.