Un año más, aquellos que nos sentimos aficionados – dudamos si buenos o malos y  si hacemos bien o no en serlo -,  que siempre hemos profesado un gran interés por el tema taurino;  que desde muy temprana edad resultamos atraídos por todo cuanto rodea a este apasionante planeta, con sus múltiples encantos y atractivos, y que mantuvimos una atención constante hacia la fiesta nacional, tenemos que rendir tributo a la memoria de nuestro paisano Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, con motivo de cumplirse el aniversario de su muerte en la plaza de Linares, presa de la cornada del miureño  “Islero”. Sesenta y ocho años han transcurrido, desde la desaparición de esta figura señera de la fiesta que supo erigirse en número uno de los matadores de la época y con su trágico final, convertirse en un auténtico mito de la fiesta de los toros. “Manolete”, en los ruedos y en la calle, fue un personaje único. Como tal se le reconoció y como tal se le recuerda, con idéntico interés a pesar del inexorable paso del tiempo, que todo lo desgasta. Bien es verdad que en este largo periodo, desde el suceso de Linares hasta la fecha no han faltado quienes trataron de emborronar su brillante pasado. Pero también es verdad que tuvieron escaso éxito cuantos lo pretendieron. En términos taurinos podríamos decir que “pincharon en hueso” quienes lo intentaron de múltiples formas. Últimamente, fue la realización de una película que nos reflejaba una imagen de “Manolete” que distaba mucho de la real. Y  se produjo un fracaso total. Ahora, hace poco, leemos que es posible que en un futuro próximo desaparezca el nombre de “Manolete” del callejero de Madrid, pues la nueva corporación de la capital de España no ve con buenos ojos ciertos parentescos y amistades y  comportamientos en la vida del torero. Parece como si se quisiera cambiar la historia. De cualquier forma nosotros le debemos seguir recordando como lo que fue y representó: un cordobés universal con extraordinaria personalidad y un figurón del toreo, considerado  IV califa de la historia.

Bien. Ahora, como hacemos siempre, estos últimos años, desde que murió en 1,907, aprovechamos la ocasión para recordar al periodista José Luís Sánchez Garrido, “José Luís de Córdoba”, primer biógrafo e íntimo de “Manolete”. Él, sí que fue fiel a la memoria de su amigo y nunca falló en su defensa hasta que desapareció, con noventa y dos años. Se nos pregunta frecuentemente por el destino que se ha dado a la extensa obra de José Luís, como periodista y escritor, y podemos decir que se ha cedido para uso y depósito al Museo Taurino de su ciudad. El “Fondo Taurino José Luís de Córdoba” se encuentra en fase de inventariado, parte del cual ya está hecho por la Unidad de Museos.

A Mercedes Valverde, directora de los Museos municipales le hemos pedido opinión sobre la influencia que pudiese tener el cambio de Ayuntamiento en este tema y nos ha dicho que en sus contactos con la nueva teniente de alcalde y responsables de Cultura, ha apreciado magnifica  disposición y muchas ganas de trabajar. Eso es bueno. La cosa va despacio, pero camino de que se cumplan los últimos deseos del periodista “José Luís  de Córdoba”, que se mostró siempre incansable a la hora de escribir y realzar cuanto de sobresaliente se produjo en esta bendita tierra.

Uno de esos destacados valores fue, sin duda, “Manolete”, de cuya muerte se cumple ahora un nuevo aniversario que nunca deberá ser pasado por alto.  Habrá que recordar, siempre, a quien dio todo por la fiesta. “Manolete”, consiguió gloria y fortuna a base de jugarse la vida ante los toros. Y llegó el día en que la perdió. Con treinta años de edad.  Más entrega, imposible…