Por Ladislao Rodríguez Galán

Desde su inauguración el día 9 de Mayo de 1965, la nueva plaza de toros estaba innominada. Algunos críticos taurinos la llamaban «Coso de Ciudad Jardín», por estar enclavada en este barrio y otros la denominaban «La Marquesa», por haberse edificado en la huerta de este mismo nombre.

Así estuvo quince años, pues no fue hasta 1980, cuando el presidente de la Sociedad Propietaria Francisco Jordano Barea, tuvo la buena idea de bautizarla con el nombre de «Los Califas.» Y así se la conoce desde entonces en todo el orbe taurino.

En esta temporada de 1980 se estrenó el azulejo con el  nombre de «Los Califas» en el exterior de la Puerta Grande. A partir de ese momento los toreros triunfadores salen a hombros por la Puerta de Los Califas.

Con el nombramiento de Manuel Benítez «El Cordobés» como V Califa del toreo en 2002, se tuvo que cambiar el azulejo de la Puerta Grande al tener que incluir su nombre en el nuevo.