La falta de documentación en los archivos municipal y parroquial hace difícil establecer con precisión y absoluta certeza el origen y evolución de la festividad de San Marcos y ha permitido la elaboración de diferentes versiones de transmisión oral, casi siempre relacionadas con la presencia en Beas de Segura de Santa Teresa de Jesés para realizar la que sería la primera fundación carmelitana de Andalucía: El Convento de Monjas Carmelitas Descalzas de San José del Salvador.

 

Según esta versión corría el año 1.575 y Santa Teresa se hallaba bastante apurada por el retraso con que discurrían las obras de construcción del convento, cuando uno de los toros o bueyes que arrastraban la piedra para las obras rompió el yugo y escapó corriendo por las calles de la población, sembrando el pánico entre los vecinos que eran incapaces de controlarlo. Intervino, entonces, Santa Teresa y poniéndole una mano en el testuz consiguió amansarlo y atándolo con un delgado hilo lo devolvió a la yunta y al trabajo. En años sucesivos, finalizada la construcción del convento, el extraordinario acontecimiento se celebraba corriendo por las calles de la localidad una o varias reses vacunas engalanadas de forma vistosa y ensogadas por los cuernos.

 

Otra versión de la tradición oral nos habla de una epidemia de glosopeda que diezmaba el ganado vacuno de la localidad y que misteriosamente cesó el día veinticinco de abril, hecho que la población atribuyó a la intervención del Santo y, en agradecimiento, se estableció un voto colectivo consistente en entregar anualmente dos becerros a la Iglesia para que, después de acompañar a San Marcos en la procesión, fuesen vendidos y con el dinero se atendiese a los pobres de la localidad.

 

La más antigua referencia escrita sobre los festejos de San Marcos de Beas de Segura se encuentra en la «Historia y relación de la Villa de Beas» hecha en el año 1.575 por orden de Felipe II e incluida en las «Relaciones histórico-geográficas» (o Relaciones Topográficas) de Castilla La Nueva (Beas de Segura no fue incluida en Jaén hasta la reforma administrativa de Javier de Burgos de 1.833), en cuyo Capítulo 52 («Fiestas y votos populares») se dice:

 

«…Ansí mismo hay voto en esta villa, día de Señor San Marcos, que no se matan ningunas carnes ni se pesan, ni abren las carnicerías de esta villa. Lo cual se prometió en voto en años pasados, por grandes infortunios e plagas de la langosta..

No se sabe el tiempo que ha que se prometió el voto, mas que de tiempo inmemorial

a esta parte tiene y se guarda,».