El Toro del capote o primer capotazo es un magnífico ejemplar de la “ganadería” de Benlliure.

Representa el siguiente instante del inicio de la corrida a Arrancándose que estudiamos en el número anterior de la revista. Ante esta escultura nos imaginamos al peón de brega que había provocado al animal citándolo frontalmente con el capote adelantado, que retrocede tras la arrancada ante él moviendo el engaño de arriba abajo, por derecho y en rectitud, pero el morlaco, difícil y aún sin templar, engancha el capote con el pitón izquierdo y deja descubierto a su rival.

El escultor materializó este lance de recibo en Toro del capote, con el animal como único protagonista, que sale de él con aire altivo por su primer triunfo, arrastrando el capote robado al torero. El astado, enmorrillado, lleva como único distintivo la divisa broncínea de la “ganadería” de Benlliure.

Está dedicado en 1940 a Carmen Quevedo, tercera mujer del escultor y su primera biógrafa, y perteneció después al diestro valenciano Vicente Barrera, a quien don Mariano había dedicado una placa-retrato en 1935.