Esta vez sí hubo fiesta en la Monumental, los tres matadores salieron dispuestos a jugarse la vida; pero fue Antonio Romero quien se ganó el corazón del respetable. Brindó el toro de la alternativa a su mamá, quien sumamente emocionada presenció la actuación de su hijo. El gobernador Miguel Alonso Reyes acompañó durante toda la corrida a la Peña Brava de Sol.

Antonio Romero1.jpgAntonio Romero (de blanco y oro), tuvo en suerte a Artillero, No. 657, de 470 Kg., cárdeno claro, bragado corrido, rabicano, cornidelantero, y lo recibió con una larga cambiada de rodillas; con el capote toreó muy bien a su toro de alternativa, primero unas verónicas a pies juntos y luego un remate por reboleras. Artillero apenas fue señalado por el varilarguero. Romero puso en excelente sitio los tres pares de banderillas, dejando al toro hermosamente adornado. Después de la ceremonia de alternativa, brindó al respetable y posteriormente a su madre, quien tomando la montera en sus manos la elevó al cielo. Con la muleta, lo cita desde los medios, pero el toro tardó en embestir, por lo que Romero fue acortando la distancia hasta que el toro arrancó para torearlo con pases cambiados por la espalda y luego rematar la primera tanda con un pase de pecho. El toricantano continuó con la muleta en la mano derecha, concentrado, con sentimiento, robándole al toro pases con sabor a tierra colorada y a cielo cruel. Las banderillas lo lastiman en el cuello de tanto arrimársele al toro, pero se sobrepone al dolor y un molinete de rodillas da inicio a la siguiente tanda de pases templados; mientras, La Marcha de Zacatecas amenizaba la faena. El toro empezó a regatear las embestidas, a quedarse corto y Romero lo toreó por naturales, con ayudados; Artillero desarrolló sentido, miraba las piernas del torero con insistencia, pero éste lo aguantó y permaneció siempre muy cerca; luego cambia los procedimientos y continúa con una vitolina, más derechazos y un pase de pecho. Termina su faena con manoletinas viendo al tendido de sol. Despachó a Artillero al primer viaje. Dos orejas.

Antonio Romero2.jpgEl sexto de la tarde, Pípila, No. 672, 525 Kg., negro, enmorrillado; Romero lo recibe con el compás abierto, rodilla en tierra y luego lo torea por verónicas. Pípila recargó con codicia en los caballos; en el quite, el recién alternativado lo toreó por chicuelinas y remató con una rebolera.  Puso nuevamente banderillas y en el tercer par, el toro hizo por él sin dañarlo finalmente. Brinda al gobernador Miguel Alonso Reyes. Con la muleta inició sentado en el estribo y desde ahí lo toreó con pases por alto; continuó toreando con derechazos, Pípila sólo tenía medias embestidas pero metía bien la cabeza. Muy voluntariosa su labor muleteril, pues también lo hizo por naturales. Un soberbio estoconazo despachó al burel. Una oreja. El matador Antonio Romero salió en hombros tras dar una vuelta al ruedo.

Antonio Romero 3.jpgEulalio López, el Zotoluco (de berenjena y oro), tuvo en suerte a Bicentenario, No. 619, 530 Kg., negro, zaino, carifosco y cornidelantero. Lo recibió con dos largas cambiadas de rodillas. Con la muleta, el Zotoluco evidenció esa capacidad que tiene de entender las condiciones del toro y logró hacerle una buena faena a Bicentenario, a pesar de ese peligro sordo, de su bravuconería: se quedaba atornillado en la arena y tiraba derrotes a la menor provocación. Tras una estocada caída lo despacha al segundo golpe de descabello. Palmas. Chinaco, No. 670, 475 Kg., cárdeno claro, nevado de los cuartos traseros, gargantillo, rabicano, bragado corrido, mascarillo y sobaquero; se prestó más para la lidia y el Zotoluco pudo lucirse más, conectando con el público. Dejó una estocada entera, desprendida. Una oreja.

Rafael Ortega (de rosa y oro), tuvo mala suerte con su lote. Libertador, No. 653, 553 Kg., berrendo en cárdeno claro, mascarillo, girón, bragado, tocado del pitón derecho, calcetero y gargantillo; simplemente no caminó; Ortega abrevió su labor ante este descastado toro y lo despacha al segundo viaje con un bajonazo. Mexicano, No. 638, 500 kg., cárdeno oscuro, carifosco, sobaquero, nevado y coletero; fue mejor que el anterior con el capote y los caballos, pero con la muleta cambió de lidia. Brinda al Sr. Gobernador. Se muestra voluntarioso en una labor meramente derechista. Deja una buena estocada. Una oreja.

 

Fotografías de Óscar Baéz