Tres gladiadoles en el redondel. Esta de moda la aguerrida terna. De los tres, el que mejor ejecuta es Manuel Jesús Cid, de Salteras, de Sevilla pero triste. Padilla bulle mucho y ahora sonrie mejor que antes aunque no ha mejorado artísticamente. Puede que le fuera mejor el toro de antes de lo del ojo. El precio es fuerte, pero él mismo ha manifestado su contento. El gallego de Vizcaya, Fandiño, barroco y abigarrado, no es ni mucho menos sutil toreador. La corrida de Núñez del Cuvillo, lo que antes degustaban a su aire «Jesulín» y luego José Tomás, sin llegar a los quinientos quilos, fue una corrida interesante, bueno el primero, aceptables el segundo y quinto, el gasto lo hicieron los de Parladé, el tercero por su arisca bravura y el sobrero cuarto, ambos a punto de cumplir los seis años. Ni Padilla aprovechó al primero y Fandiño tiró por al camino de la voluntad cuando tenía que haber seguido el de la inspiración. No fue así y, a sus muchos muletazos aguerridos, unió como colofón una serie en cadena de cuatro molinetes con la derecha con los más puros aromas chamaquistas. Además cometió la incorrección de descalzarse sin disculpas justificativas, barro en el ruedo o arenas movedizas como en Ronda el día de Morante. Supongo que se me admitirá la condición estética del arte de torear y, entre otras cosas, lo del bien vestir. Padilla, por ejemplo, ha mejorado su vestuario torero con el parche pirata, pero sigue siendo el mismo torero de antes. Se le fue el primero y a base de rodillazos, molinetes y manoletinas consumió sus turnos toreros. «El Cid» cabalga desmadejado sobre su «Babieca» renqueante. Da buenos muletazos muy de tarde en tarde y rompe la estructura de su quehacer con medios pases sobre ambas manos. Antes era preferentemente siniestro y ahora es un oficinista con manguitos y visera.Dos horas y media y solo detalles y anécdotas.

Homenaje a Roberto Bernenjo, el torero aragonés nacido en Pau, modelo de estética en  lo humano y lo artístico, que se cortó la coleta el pasado día 6 de octubre en Madrid. Luego Padilla le brindó la muerte de cuarto toro. Fandiñole brindó el tercero al doctor Valcarreres. Tengo noticias de que don Carlos ha demandado judicialmente a un octogenario diestro que puso en solfa la capacidad profesional de don Antonio, padre y abuelo de los actuales componentes del equipo médico de la plaza de don Ramón Pignatelli.

Actuación especial de la presidencia:devolvió a los corrales al cuarto de la tarde por supuesta cojera, premio con la vuelta al ruedo al tercer toro sin petición mayoritaria y castigo al sexto con lo que antes se conocía por «los infamantes garapullos pirotécnicos» y ahora son «las de luto» cuando este toro fue media docena de veces a los caballos y, pese a sus huídas, la sangre le llegaba hasta las pezuñas. Las banderillas negras son, en teoría, para hacer sangrar al toro no sangrado con la puya, razón esta por lo que sería necesario banderillear en negro a muchos toros que no apuntan ni la gota de sangre necesaria para medirse el azucar los diabéticos. Desde luego, el preidente aragonés creo que ha alcanzado la gloria de ser el único presidente de España que este año ha lanzado al viento el pañuelo negro. Sacó pañuelos blancos para cambios de tercio y media docena de avisos, pañuelo azul para la vuelta al ruedo del tercer toro, verde para la devolución a los corrales del cuarto toro y el citado negro. Le faltó para completar la pañolada el pañuelo naranja de indulto de un toro bravo. ¿Será por pañuelos? A llorar.   
 
 

Artículo de Benjamin Bentura Remacha

Periodista

Fundador de la Revista “Fiesta Española”

Escalera del Éxito 85